El Papa
dijo que el primer paso para acoger la misericordia de Dios es reconocerse
pecador. Fue durante su homilía de este jueves en Casa Santa Marta. Los
corazones cerrados, aseguró, no dejan entrar la voz del Señor, que es un padre
amoroso.
FRANCISCO
"Escuchen
hoy la voz del Señor. ¡No endurezcan su corazón!’. El Señor siempre nos habla
así, también con ternura de padre nos dice:‘Vuelvan a mí con todo su corazón,
porque soy misericordioso y piadoso’. Pero cuando el corazón es duro esto no se
comprende. La misericordia de Dios sólo se comprende si tú eres capaz de abrir
tu corazón, para que pueda entrar”.
Francisco
recordó que los que buscan siempre una explicación por no entender el mensaje
de Jesús fracasan en su fidelidad y olvidan la palabra perdón.
EXTRACTOS
DE LA HOMILÍA EN ESPAÑOL
(Fuente:
Radio Vaticana)
"Esta
infidelidad del pueblo de Dios – reafirmó el Papa Bergoglio– y también la
nuestra, nuestra propia infidelidad, endurece el corazón: ¡cierra el corazón!”.
"No
deja entrar la voz del Señor que, como padre amoroso, siempre nos pide que nos
abramos a su misericordia y a su amor. Hemos rezado en el Salmo, todos juntos:
‘Escuchen hoy la voz del Señor. ¡No endurezcan su corazón!’. El Señor siempre
nos habla así, también con ternura de padre nos dice: ‘Vuelvan a mí con todo su
corazón, porque soy misericordioso y piadoso’. Pero cuando el corazón es duro
esto no se comprende. La misericordia de Dios sólo se comprende si tú eres
capaz de abrir tu corazón, para que pueda entrar”.
"Ésta
es la historia, la historia de esta fidelidad fracasada. La historia de los
corazones cerrados, de los corazones que no dejan entrar la misericordia de
Dios, que han olvidado la palabra ‘perdón’ – ‘¡Perdóname Señor!’ –
sencillamente porque no se sienten pecadores: se sienten jueces de los demás.
Una larga historia de siglos. Y Jesús explica esta fidelidad fracasada con dos
palabras claras, para poner fin, para terminar el razonamiento de estos
hipócritas: ‘Quien no está conmigo, está contra mí’. ¡Claro! O eres fiel, con
tu corazón abierto, a Dios que es fiel contigo o estás contra Él: ‘¡Quien no
está conmigo, está contra mí!’”.
"Pidamos
al Señor la gracia de la fidelidad. Y el primer paso para ir por este camino de
la fidelidad es sentirse pecador. Si tú no te sientes pecador, comienzas mal.
Pidamos la gracia que haga que nuestro corazón no se endurezca, que esté
abierto a la misericordia de Dios y a la gracia de la fidelidad. Y cuando nos
encontramos nosotros, infieles, la gracia de pedir perdón”.
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