Durante su homilía de este lunes en
Casa Santa Marta, el Papa explicó que la diferencia entre el juicio que hacen
las personas de los demás y el que hace Dios es que el último viene cargado
de misericordia.
Por eso, recordó Francisco, no hay que juzgar para no ser juzgado.
FRANCISCO
"Pensemos hoy en esto que el Señor
nos dice: no juzgar, para no ser juzgado; la medida, el modo, la medida con la
que juzgamos será la misma que usarán con nosotros; y, tercero, mirémonos al
espejo antes de juzgar. ‘Pero ésta hace esto… éste hace aquello…’. ‘Pero,
espera un momento…’, me miro al espejo y después pienso. De lo contrario seré
un hipócrita, porque me pongo en el lugar de Dios”.
No hay que juzgar a los demás, sino
rezar por ellos, dijo Francisco, porque el juicio de los humanos
siempre será pobre.
En la ceremonia participaron 10 curas
que cumplen 50 años de sacerdocio. Fue laúltima Misa de Francisco en
Santa Marta antes del verano. La próxima será ya el 8 de septiembre.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
"Mírate al espejo, pero no para
maquillarte, para que no se vean las arrugas. No, no, no, ¡ese no es el
consejo! Mírate al espejo para ver cómo eres. ‘¿Por qué miras la paja que hay
en el ojo de tu hermano y no te d
as cuenta de la viga que tienes en el
tuyo?’ ¿O como dirías a tu hermano: ‘Deja que te quite la paja de tu ojo’,
mientras en tu ojo hay una viga?’ ¿Y cómo nos califica el Señor, cuando hacemos
esto? Una sola palabra: ‘Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo y entonces
verás bien para quitar la paja del ojo de tu hermano’.
"Por esto es tan feo juzgar. El
juicio ¡sólo a Dios, sólo a Él! A nosotros el amor, la comprensión, rezar por
los demás cuando vemos cosas que no son buenas, pero también hablarles a ellos:
‘Escucha, yo veo esto, quizás…’. Pero jamás juzgar. Jamás. Esto es la
hipocresía, si nosotros juzgamos.”
"Pensemos hoy en esto que el Señor
nos dice: no juzgar, para no ser juzgado; la medida, el modo, la medida con la
que juzgamos será la misma que usarán con nosotros; y, tercero, mirémonos al
espejo antes de juzgar. ‘Pero ésta hace esto… éste hace aquello…’. ‘Pero,
espera un momento…’, mi miro al espejo y después pienso. De lo contrario seré
un hipócrita, porque me pongo en el lugar de Dios y, además, mi juicio es un
pobre juicio; le falta algo sumamente importante que tiene el juicio de Dios,
le falta la misericordia. Que el Señor nos haga entender bien estas cosas”.
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