Luego del rezo
del Ángelus dominical, el Papa Francisco se refirió a la historia de Nicola
"Cocó" Campolongo, un niño de tres años de edad que fue quemado vivo
hace unos días en el sur de Italia, mientras su madre permanecía en cárcel por
un proceso de mafia; e hizo un llamado a sus asesinos para que se arrepientan.
"Quiero dirigir
un pensamiento a Coco Campolongo, de tres años, que fue quemado en un auto en
Cassano allo Jonio", expresó el Santo Padre ante los miles de fieles
reunidos en la Plaza de San Pedro.
Francisco advirtió
que "este ensañamiento sobre un niño tan pequeño parece no tener
precedentes en la historia de la criminalidad. Rezamos con Cocó, que
seguramente está en el cielo. Por las personas que cometieron este delito para
que se arrepientan y se conviertan al señor".
Luego de esto, el
Papa comenzó a orar, lo que fue seguido por los 70 mil fieles presentes,
dejando la plaza en silencio por unos instantes.
La semana pasada el
cuerpo Cocó apareció carbonizado junto al de su abuelo, Giuseppe Iannicelli, y
el de su pareja marroquina, Ibtissan Touss. La madre del niño permanece
detenida por la acusación de pertenecer a una asociación mafiosa.
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