viernes, 15 de julio de 2016

Llaman al timbre y en la puerta el Papa. Francisco sale del Vaticano por sorpresa.




En esta oficina situada fuera del Vaticano todavía están bajo shock. El miércoles recibieron una visita muy inesperada.

LINA TENTORI  
Pontifica Comisión para América Latina
"Tocaron el timbre a la puerta de la Comisión y yo abrí de esta manera y me quedé sin palabras. Una aparición. Un hombre vestido de blanco y me quedé... Era solo emoción, solo emoción. 'Santidad. Es una sorpresa maravillosa'.”.

Francisco había ido al dentista por la mañana en el ambulatorio situado dentro del Vaticano. Pero cuando salieron el Papa propuso un cambio de planes: ir a la Pontificia Comisión para América Latina, un lugar que visitaba a menudo cuando era cardenal y que está a pocos cientos de metros de la basílica de San Pedro. El vicepresidente de este departamento, Guzmán Carriquiry, es un viejo amigo suyo.


GUZMÁN CARRIQUIRY
Vicepresidente, Pontifica Comisión para América Latina
"Yo estaba en esta oficina. Voy a abrir la puerta y veo que se acerca el Papa. 'Doctor, ¿tiene un rato para poder conversar?'. La pregunta me pareció tan especial que le respondí: 'No, usted no está en mi agenda. Por favor, váyase y vuelva mañana'. Era todo un intercambio continuo de sonrisas y bromas”.

El Papa estuvo reunido con él durante unos treinta minutos y después estuvo un rato hablando con los trabajadores de la comisión.


ANDREA ROMERO
Pontificia Comisión para América Latina
"Se sentó ahí con todos, en la sala, con mucha serenidad, tranquilo, como si el tiempo no pasase. Se tomó un café, le preguntamos por la Jornada Mundial de la Juventud... A mí no me salían las palabras. Yo solo lo miraba fijamente porque te parece un sueño”.


P. HUMBERTO GONZÁLEZ
Pontificia Comisión para América Latina
"Fue una visita de 35 - 40 minutos pero pareció que duró toda la mañana. Nos llenó. Salimos a las dos de la tarde pero estábamos llenos, contagiados...”. 


No es la primera vez que sale de forma discreta del Vaticano, aunque sí que hay que reconocer que en este caso su salida causó menos alboroto que cuando visitó al óptico. En aquella ocasión entró en este establecimiento sencillo pero situado en una zona muy transitada de la ciudad y lógicamente su presencia no pasó desapercibida.

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