Introducción
Se le llama
homosexual a la persona que siente atracción erótica hacia las personas de su
mismo sexo, pero que se sabe miembro de su sexo; a diferencia del trans sexual
que se siente atraído hacia las personas de su sexo, pero que se cree miembro
del sexo complementario y que por lo tanto también cree que está erróneamente
en ese cuerpo.
Otros consideran
que la homosexualidad está condicionada por factores hormonales. Pero la
mayoría de los homosexuales tienen todos los niveles de hormonas en la
normalidad. Con relación a esto lo único
cierto, es que se puede dar el caso que las personas que sufren
enfermedades con desequilibrio hormonal, como los varones con pérdidas de la
función de los testículos desde niños, pueden llegar a ser un "caldo de
cultivo" para ser reclutados por homosexuales militantes. Sin embargo, si son educados como varones,
no caen en el homosexualismo, aunque sus niveles hormonales no sean normales.
Aunque cada persona es única e
irrepetible, su homosexualidad suele depender más frecuentemente de las
siguientes causas:
·
padre violento, alcohólico, hostil o distante
·
madre sobreprotectora
·
madre con trastornos emocionales que no transmite cariño adecuadamente
·
timidez extrema casi siempre condicionada por un mal desarrollo físico,
como niños muy delgados o muy obesos
·
ausencia de la figura paterna del hogar por muerte o divorcio, sobre
todo si se produce en etapas críticas del desarrollo
·
falta de identidad con iguales del mismo sexo
·
abuso sexual o violación
·
ausencia de juegos de participación
·
padres que no fomentan la identificación con su propio sexo
¿Puede prevenirse?
Si las necesidades
emocionales de los niños se satisfacen adecuadamente en la familia, la escuela,
en fin, en el medio donde viven, no se desarrolla el homosexualismo.
Los padres son los
primeros encargados de prevenir este desorden. Pero en algunos casos
corresponde a otros familiares, a maestros o catequistas
Se debe buscar
orientación profesional adecuada. No se debe aceptar nunca que la inclinación
homosexual sea una opción más ni restar importancia a la situación. Por otro
lado, no se debe deben permitir las bromas ni las burlas sobre un tema tan
delicado, etiquetar a un niño como homosexual, o permitir que se acepte como
tal.
¿Puede cambiar la
preferencia homosexual?
Hay esperanza y
puede encontrarse ayuda. La meta de los que quieren cambiar su tendencia
homosexual debe ser vivir la castidad según su estado de vida: los solteros
practicando la continencia; los casados siendo fieles a su esposo o esposa en
una relación heterosexual no anticonceptiva.
Un hombre que
siente atracción hacia otras personas de su mismo sexo puede llegar a descubrir
que esta situación se debe al rechazo por parte del padre o a una pobre imagen
corporal. Al disminuir el sufrimiento emocional, la identidad con su sexo es
reforzada y la atracción homosexual disminuye paulatinamente y llega a
desaparecer, dando lugar a la atracción hacia las mujeres.
Las mujeres pueden
llegar a descubrir el conflicto con sus padres u otros hombres que las ha
llevado a desconfiar del amor masculino. En otros casos pueden darse cuenta de
cómo la carencia de afecto maternal las ha llevado a una necesidad de amor
femenino.
Todo esto requiere
tiempo. Muchos pueden llegar a casarse y tener hijos. Pero nunca se debe
estimular a contraer matrimonio precipitadamente, ya que hay evidencias de que
el matrimonio no cura la atracción hacia el mismo sexo y puede dañar seriamente
a una segunda persona.
Nunca se debe
aconsejar como tratamiento el continuar dentro de la vida homosexual aún
manteniéndose fiel a un compromiso. Tampoco se debe colocar a personas que son
fáciles de tentar por su tendencia homosexual, en lugares que deben ser
considerados como ocasión próxima de pecado para ellos, como los dormitorios
colectivos, los campamentos, etc.
¿Qué dice la Iglesia
Católica?
La Iglesia
distingue entre la inclinación homosexual y la actividad homosexual. La primera
no es pecado en sí misma (aunque inclina al pecado); la segunda sí lo es. La
Iglesia condena el pecado, pero trata con misericordia al pecador.
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