Durante su homilía de este martes en
Casa Santa Marta, el Papa explicó cuál es el camino a la santidad,
algo que no se compra, se vende o se regala. Es un recorrido que requiere coraje,
recordó el Papa, y que nadie puede hacer en lugar de otra persona.
FRANCISCO
"La santidad no podemos hacerla
nosotros solos. No. Es una gracia. Ser bueno, ser santo, ir dando todos los
días un paso adelante en la vida cristiana es una gracia de Dios y debemos
pedirla. Coraje, un camino. Un camino, que se debe hacer con coraje, con la
esperanza y con la disponibilidad de recibir esta gracia. Y la esperanza: la
esperanza del camino”.
Francisco dijo que la conversión se debe hacer día a día mediante pequeñas
conversiones. Para estar por el buen camino para ser un santo,
ejemplificó el Papa, hay que evitar las ganas de hablar mal de los demás.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
"La santidad no se compra. Ni la
ganan las mejores fuerzas humanas. No, la santidad sencilla de todos los
cristianos, la nuestra, aquella que debemos hacer todos los días – afirmó el
Papa – es un camino que se puede hacer sólo si lo sostienen cuatro elementos
imprescindibles, a saber: coraje, esperanza, gracia y conversión".
"Este caminar: la santidad es un
camino, la santidad no se puede comprar, no se vende. Ni siquiera se regala. La
santidad es un camino ante la presencia de Dios, que debo hacer yo: no puede
hacerlo otro en mi nombre. Yo puedo rezar para que aquel otro sea santo, pero
el camino debe hacerlo él, no yo. Caminar ante la presencia de Dios, de modo
irreprensible. Y yo usaré hoy algunas palabras que nos enseñen cómo es la
santidad de cada día, aquella santidad – digamos – también anónima. Primero:
coraje. El camino hacia la santidad requiere coraje”.
"El Reino de los Cielos de Jesús –
repitió el Papa – es para aquellos que tienen el coraje de ir adelante” y el
coraje – observó – está movido por "la esperanza”, la segunda
palabra del itinerario que conduce a la santidad. El coraje que espera "en
un encuentro con Jesús”. Después está el tercer elemento, cuando Pedro escribe:
"Pongan toda su esperanza en aquella gracia”:
"La santidad no podemos hacerla
nosotros solos. No. Es una gracia. Ser bueno, ser santo, ir dando todos los
días un paso adelante en la vida cristiana es una gracia de Dios y debemos
pedirla. Coraje, un camino. Un camino, que se debe hacer con coraje, con la
esperanza y con la disponibilidad de recibir esta gracia. Y la esperanza: la
esperanza del camino. Es tan bello aquel capítulo XI de la Carta a los Hebreos,
léanlo. Relata el camino de nuestros padres, de los primeros llamados por Dios.
Y de cómo ellos fueron adelante. Y de nuestro padre Abraham dice: ‘Pero, él
salió sin saber adónde iba’. Pero con esperanza”.
"La conversión, todos los días:
‘Ah, Padre, para convertirme yo debo hacer penitencias, darme bastonazos…’.
‘No, no, no: conversiones pequeñas. Pero si tú eres capaz de lograr no hablar
mal de alguien, estás por el buen camino para llegar a ser santo’. ¡Es tan
simple! Yo sé que ustedes jamás hablan mal de los demás, ¿no? Pequeñas cosas…
Tengo ganas de criticar al vecino, al compañero de trabajo: morderse la lengua
un poco. Se hinchará un poco la lengua, pero su espíritu será más santo, en
este camino. Nada grande, mortificaciones: no, es sencillo. El camino de la
santidad es simple. No volver para atrás, sino ir siempre adelante, ¿no? Y con
fortaleza”.
0 comentarios :
Publicar un comentario