Ante unas 100 mil
personas presentes ayer domingo en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco
consagró el mundo al Inmaculado Corazón de la Virgen María. Esta es la oración
de consagración que rezó el Santo Padre ante la imagen original de la Virgen de
Fátima que fue llevada a Roma desde su santuario en Portugal:
Bienaventurada María,
Virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia materna
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.
con renovada gratitud por tu presencia materna
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.
Celebramos en ti las
grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia sobre la humanidad afligida por el mal
y herida por el pecado, para sanarla y salvarla.
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia sobre la humanidad afligida por el mal
y herida por el pecado, para sanarla y salvarla.
Acoge con
benevolencia de madre
el acto por el nos ponemos hoy bajo tu protección
con confianza, ante esta tu imagen
tan querida por todos nosotros.
el acto por el nos ponemos hoy bajo tu protección
con confianza, ante esta tu imagen
tan querida por todos nosotros.
Estamos seguros que
cada uno de nosotros es precioso a tus ojos
y que nada te es ajeno de todo lo que habita en nuestros corazones.
Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la caricia consoladora de tu sonrisa.
y que nada te es ajeno de todo lo que habita en nuestros corazones.
Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la caricia consoladora de tu sonrisa.
Protege nuestra vida
entre tus brazos:
bendice y refuerza cada deseo de bien; reaviva y alimenta la fe;
sostén e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros en el camino de la santidad.
bendice y refuerza cada deseo de bien; reaviva y alimenta la fe;
sostén e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros en el camino de la santidad.
Enséñanos tu mismo
amor de predilección hacia los pequeños y los pobres,
hacia los excluidos y los que sufren, por los pecadores
y por los que tienen el corazón perdido:
reúne a todos bajo tu protección y a todos entrégales
a tu Hijo dilecto, el Señor Nuestro, Jesús.
hacia los excluidos y los que sufren, por los pecadores
y por los que tienen el corazón perdido:
reúne a todos bajo tu protección y a todos entrégales
a tu Hijo dilecto, el Señor Nuestro, Jesús.
Amén.
0 comentarios :
Publicar un comentario