"Cuando
oramos con valor, el Señor nos da la gracia, y también se da a sí mismo en la
gracia: el Espíritu Santo, es decir, ¡a sí mismo! El Señor nunca da o manda una
gracia por correo: ¡nunca! ¡la lleva Él! ¡Es Él, la gracia! Lo que nosotros
pedimos es un poco como... el papel en el que se envuelve la gracia. Pero la
verdadera gracia es Él que viene trayéndomela. Es Él. Nuestra oración, si es
valiente, recibe aquello que pedimos, pero también aquello que es más
importante: el Señor".
viernes, 11 de octubre de 2013
Papa Francisco: que la oración sea valiente
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