La
valorización de la mujer es un deber que la Iglesia persigue porque sabe que la
maternidad no puede ser sólo un papel social, y sabe que las mujeres nos pueden
ayudar a comprender la misericordia de Dios. Lo ha resaltado el Papa Francisco
en el discurso dirigido a los participantes de Simposio con ocasión de los 25
años de la Mulieris Dignitatem de Juan Pablo II. Un documento que ofrece una
reflexión profunda, orgánica, con una sólida base antropológica iluminada por
la Revelación. Desde aquí tenemos que recomenzar para aquel trabajo de
profundización y de promoción que ya varias veces he tenido ocasión de
auspiciar. También en la Iglesia es importante preguntarse, ¿cual es la
presencia que tiene l
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