martes, 19 de enero de 2016

El Papa: La fe no se puede aprender en los libros




Durante la homilía de la mañana  en Casa Santa Marta, el Papa Francisco explicó que aunque la fe puede transformar la derrota en victoria, no es mágica. La fe, dijo, significa tener una relación personal con Dios.

FRANCISCO
"Pidamos al Señor que nuestra oración tenga siempre aquella raíz de fe, que nazca de la fe en Él. La gracia de la fe: es un don la fe. No se aprende en los libros. Es un don que te da el Señor, pero pídelo: ‘¡Dame la fe!’. ‘¡Creo, Señor!'”

Continuó diciendo que "todo lo que le pedimos nos será dado, con la confianza que la fe en Dios nos lo dará”.


EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)

"En aquel tiempo fue a ver a Jesús un leproso que le suplicaba de rodillas – precisamente en un gesto de adoración – y le decía: ‘Si quieres, puedes purificarme’. Desafía al Señor diciendo: ‘Yo soy un derrotado en la vida – el leproso era un derrotado, porque no podía hacer vida común, era siempre ‘descartado’, puesto a parte – ¡pero tú puedes transformar esta derrota en victoria!’. Es decir: ‘Si quieres, puedes purificarme’. Ante esto Jesús tuvo compasión, tendió la mano, lo tocó y le dijo: ‘¡Yo lo quiero! ¡Estás purificado!’. Así, sencillamente: esta batalla terminó en dos minutos con la victoria; aquella otra, toda la jornada, con la derrota. Aquel hombre tenía algo que impulsaba a ir hacia Jesús y lanzarle aquel desafío. ¡Tenía fe!”. 


"La fe es victoria. La fe. Como este hombre: ‘Si quieres, puedes hacerlo’. Los derrotados de la  Primera Lectura rezaban a Dios, llevaban el Arca, pero no tenían fe. Se habían olvidado de Él. Este tenía fe y cuando se pide con fe, el mismo Jesús nos ha dicho que se mueven las montañas. Somos capaces de mover una montaña de una parte a otra: la fe es capaz de esto. El mismo Jesús nos ha dicho: ‘Todo lo que le pidan al Padre en mi nombre, les será dado. Pidan y les será dado; llamen y se les abrirá’. Pero con fe. Y ésta es nuestra victoria”. 



"Pidamos al Señor que nuestra oración tenga siempre aquella raíz de fe, que nazca de la fe en Él. La gracia de la fe: es un don la fe. No se aprende en los libros. Es un don que te da el Señor, pero pídelo: ‘¡Dame la fe!’. ‘¡Creo, Señor!’ dijo aquel hombre que pedía a Jesús que curara a su hijo: ‘Te pido Señor, aumenta mi poca fe’. La oración con la fe… y es curado. Pidamos al Señor la gracia de rezar con fe, de tener la seguridad de que cada cosa que le pedimos a Él nos será dada, con esa seguridad que nos da la fe. Y esta es nuestra victoria: ¡nuestra fe!”. 

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