Los abusos sexuales cometidos por
sacerdotes centraron la declaración del Vaticano ante el Comité de la ONU
contra la Tortura.
Según afirmó el nuncio Silvano Tomasi
la Santa Sede investigó en los últimos 10 años 3.420 casos de sacerdotes
sospechosos de abusos. La mayoría de ellos, dijo el nuncio, ocurrieron entre
los años 50 y 80.
El resultado de las investigaciones
ha sido la expulsión de 848 sacerdotes.
El nuncio reiteró ante los expertos
del Comité que la Santa Sede no tiene competencia para juzgar a los pederastas
fuera del Estado del Vaticano.
Explicó que en los casos de abusos
cometidos por sacerdotes o religiosos en otros países el Vaticano realiza un
procedimiento eclesiástico que no interfiere en el proceso local.
Dijo que una vez estudiado el caso se
puede condenar al sacerdote de modo canónico, cuya máxima pena es la expulsión
del sacerdocio.
Silvano Tomasi respondió de esta
forma a las preguntas que el lunes le formularon los miembros del Comité contra
la Tortura de la ONU.
Y es que la Convención se aplica al
territorio del Estado Ciudad del Vaticano. Los católicos que viven fuera de él
deben rendir cuentas en los países en los que cometan los delitos.
Silvano Tomasi también respondió a
preguntas sobre otros temas. Con respecto a la situación de las cárceles del
Vaticano cuyo mal estado había denunciado el ex mayordomo de Benedicto XVI,
dijo que un oftalmólogo y un ingeniero examinaron las condiciones y no le
dieron la razón.
El nuncio también habló del aborto.
Dijo que la Iglesia está cerca de las mujeres y que proteje a todas las
víctimas de la tortura, incluidas las víctimas del aborto.
El próximo 23 de mayo los expertos
publicarán un informe final con propuestas al Vaticano.
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