La guerra en Iraq continúa y, con ella, la afluencia de
personas que tratan de huir del conflicto. Desde junio cerca de 300.000
iraquíes se han refugiado en el Kurdistán. La mayoría huyeron de Mosul y sus
alrededores.
Yehya es uno de ellos. Se vio obligado a abandonar su casa
en Telafar casi con lo puesto. Salió con su mujer y sus cuatro hijos cuando la
ciudad fue bombardeada.
YEHYA
Refugiado iraquí
"Es una sensación que nunca antes había experimentado.
Cuando agarré mi bolsa, las cosas y la
documentación, listo para salir, yo sabía que no habría vuelta atrás. Y que si
la había, no sería fácil”.
Es uno de los 5.000 iraquíes refugiados en esta nave en
medio del campo. Aquí reciben asistencia básica de las organizaciones
humanitarias. No saben cuándo les llevarán a otras ciudades del país que ya se
han ofrecido para acogerlos.
YEHYA
Refugiado iraquí
"La sensación de ser un refugiado es muy difícil, más
difícil que la enfermedad o incluso la muerte. No hemos pasado por algo como
esto antes”.
Yehya pudo salir del país en 2006 rumbo a EEUU. Decidió
quedarse pero su sueño de construir un nuevo Iraq se va desvaneciendo poco a
poco.
YEHYA
Refugiado iraquí
"En otros países hay conflictos pero que se resuelven
rápidamente porque las personas llegan a una solución. Aquí parecemos incapaces
de ponernos de acuerdo".
Mientras esperan una solución que aún parece lejana, miles
de iraquíes seguirán huyendo de una guerra que se ha intensificado en los
últimos meses.
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