“Dejen que Cristo transforme su natural optimismo en
esperanza cristiana, su energía en virtud moral, su buena voluntad en auténtico
amor, que sabe sacrificarse”. Es la invitación llena de esperanza que hizo el
Papa Francisco a los participantes de la Eucaristía conclusiva de la VI Jornada
de la Juventud Asiática.
En la plaza del Castillo de Haemi, el Pontífice, una vez
más, animó a los jóvenes sobre el futuro, sobre el mañana que se llena de
alegría si es alcanzado por la “luz de la verdad de Cristo”, que “aleja toda
tiniebla”.
Ante a las seducciones del mundo, el Papa Francisco pidió a
los jóvenes no “rechazar al extranjero, al necesitado, al pobre y a quien tiene
el corazón destrozado”, de no dej ...
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