Después de la intervención del Papa, el cardenal de
Budapest, Peter Erdö sintetizó en su informe inicial el objetivo del Sínodo.
CARD. PETER ERDÖ
Relator General del Sínodo
"El desafío que el Sínodo debe aceptar es precisamente
lograr proponer de nuevo al mundo de hoy, en ciertos aspectos tan similar al de
los primeros tiempos de la Iglesia, el atractivo del mensaje cristiano respecto
al matrimonio y la familia, subrayando la alegría que dan. Pero, al mismo
tiempo, dar respuestas verdaderas e impregnadas de caridad”.
Explicó que estas respuestas se propondrán para los jóvenes,
las familias, los matrimonios rotos o en dificultad y las personas divorciadas
vueltas a casar.
CARD. PETER ERDÖ
Relator General del Sínodo
"Los divorciados vueltos a casar civilmente pertenecen
a la Iglesia. Necesitan ser acompañados por sus pastores y tienen derecho a
ello”.
Durante un encuentro con la prensa, el arzobispo Bruno
Forte, secretario del Sínodo, insistió en la importancia del acompañamiento.
ARZ. BRUNO FORTE
Secretario Especial Sínodo
"Se trata de comunicar cuál es la fe de la Iglesia. La
fe de la Iglesia no va a cambiar sino que se va a comunicar con la mirada
puesta en personas concretas, reales”.
Con este Sínodo el Papa pretende tener el cuadro completo de
la situación. Dentro de un año se celebrará otro para proponer soluciones.
CARD. ANDRÉ VING-TROIS
Presidente Delegado Sínodo
"Serán decretos de orientación universal y la
aplicación la haremos de forma particular”.
El Sínodo se cerrará el próximo 19 de octubre con la
beatificación de Pablo VI, quien precisamente instituyó el Sínodo de los
Obispos. Una ceremonia a la que se da por seguro que asistirá Benedicto XVI.
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