Francisco
presidió todas las ceremonias de Semana Santa en Roma.
La primera
fue el domingo de Ramos en una plaza de San Pedro llena de peregrinos venidos
de todo el mundo.
El Jueves
Santo presidió la Misa crismal en la que se bendicen los óleos que se usarán el
resto del año para administrar los sacramentos. Por la tarde, celebró la Cena
del Señor en la prisión de Rebibbia donde lavó los pies a seis reclusos y a
seis reclusas, una de ellas con su hijo pequeño.
El Viernes
Santo presidió la Pasión del Señor en la basílica de San Pedro y rezó el Via
Crucis en el Coliseo.
El Sábado
Santo es uno de los momentos más impactantes de la Semana Santa. La Vigila
Pascual comienza con la basílica de San Pedro totalmente a oscuras.
El Domingo
de Resurrección el Papa presidió la Misa y después pronunció la bendición
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