Desde este saludo del Papa y hasta
este otro saludo... han pasado nada menos que 100 audiencias
generales, que nos han regalado algunos de los momentos más
tiernos y curiosos del pontificado.
La audiencia se celebra todos los
miércoles a las 10 de la mañana. Pero el Papa llega antes de las 9:30. No le importa que haga mucho calor...O que haga mucho frío...
Sale a la plaza aunque llueva a
cántaros en la Ciudad Eterna.
El trayecto en papamóvil se ha
convertido también en una lluvia de regalos. Al Papa le lanzan camisetas,
gorras y cartas. Y a menudo detiene el coche para intercambiar el solideo o
incluso para beber un poco de mate.
Este grupo de Legionarios de Cristo
le regaló una tarta por su 78 cumpleaños y le cantó
las Mañanitas como manda la tradición mexicana.
Hay quien incluso ha llevado a la
plaza un loro para regalárselo al Papa.
Los niños y los ancianos son los otros que consiguen detener
el coche. El Papa ha bendecido en estos años a cientos de ancianos y también a
miles de bebés.
FRANCISCO
18 de marzo de 2015
"Algunos, cuando les tomo para
darles un beso, sonríen. Otros, me ven de blanco, creen que soy el médico y que
voy a ponerles una vacuna, y lloran, espontáneamente. Los niños son así”.
Francisco se ha convertido en el primer Papa que invita a los peregrinos a subir en su coche. Por
ejemplo, al sacerdote argentino Fabián Báez, al que vio por casualidad entre la
multitud en medio de la plaza.
El Papa reconoce a distancia a los
hinchas de su equipo, el San Lorenzo de Almagro. A
estos les recordó que habían ganado al Boca Juniors 3 a 0.
El Papa siempre llega con un discurso
escrito, habitualmente una catequesis. Pero los mejores párrafos son los que no
están escritos, sus improvisaciones.
FRANCISCO
20 de mayo de 2015
"A vosotros, matrimonios
separados, os aconsejo: Nunca, nunca, nunca, uséis a vuestro hijo como rehén.
Estáis separados por tantas dificultades y la vida os ha puesto esta prueba.
Pero que los hijos no carguen con el peso de esta separación”.
PAPA FRANCISCO
4 de marzo de 2015
"Le pregunté a una mujer ¿y sus
hijos, vienen a visitarla?’ ‘Sí, sí, siempre vienen’. ‘¿Cuándo vinieron la
última vez?’ Recuerdo a la anciana que dijo ‘Bueno, en Navidad’. Estábamos en
agosto. Ocho meses sin ser visitada por sus hijos. Ocho meses abandonada. Esto
se llama pecado mortal. ¿Entendido?”.
Después de la catequesis, dedica más
de una hora a saludar personalmente a varios cientos de visitantes. Para
respetar el protocolo, comienza por los cardenales y obispos, pero
inmediatamente después, se detiene con los ancianos y los enfermos. A ellos dedica
la mayor parte de su tiempo durante estas audiencias.
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