El Papa Francisco presidió el rezo
del Ángelus el sábado por la solemnidad de la Asunción de la Virgen María. Es la primera vez en 60 años que el Ángelus de esta solemnidad se
reza en la plaza de San Pedro, ya que se hacía tradicionalmente
en Castel Gandolfo, la residencia de verano de los papas.
Aunque había llovido y para muchos
fue una sorpresa encontrar al Papa rezando el Ángelus, la plaza de San Pedro
estaba llena de peregrinos.
Tomando el evangelio de la
Visitación, el Papa explicó que la Virgen María es
"la gran creyente”.
FRANCISCO
"Nuestra vida, vista a la luz de
María asunta al Cielo, no es un deambular sin rumbo, sino una peregrinación
que, aún con todas sus incertidumbres y sufrimientos, tiene una meta segura: la
casa de nuestro Padre, que nos espera con amor”.
Dijo que lo que hizo Dios con la
Virgen María envía un mensaje a todos los
cristianos, un mensaje que es una promesa.
FRANCISCO
"El Evangelio también nos muestra
cual es el motivo más verdadero de la grandeza de María y de su beatitud: el
motivo es la fe. La fe es el corazón de toda la historia de María; ella es la
creyente, la gran creyente”.
Además, Francisco recordó a las
víctimas de las dos explosiones químicas de la ciudad china de
Tianjin.
FRANCISCO
"Envío mi oración por aquellos que
han perdido la vida y por todas las personas que se han visto afectadas por
esta catástrofe; que el Señor les dé alivio y apoyo a aquellos a los que se
dedican a aliviar su sufrimiento”.
Antes de marcharse, el Papa recomendó
a los peregrinos en Roma que acudieran a rezar a la basílica de Santa
María la Mayor donde está el icono de la patrona de la ciudad, Maria
Salus Populi Romani, a la que el Papa Francisco tiene gran devoción.
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