martes, 16 de febrero de 2016

Francisco en Ecatepec: Haced de México “una tierra de oportunidad”




Dinero, fama y poder. El Papa dijo que estas son las tres grandes tentaciones que degradan al hombre. Lo explicó durante la misa que presidió Centro de Estudios Superiores de Ecatepec.

Hasta cerca de allí se trasladó en helicóptero. Después recorrió los casi 10 kilómetros que lo separaban hasta el lugar de la celebración en papamóvil. Miles de personas lo recibieron con entusiasmo llenando cada centímetro del recorrido.

Después el Papa habló del demonio. Tomando como base las lecturas del día señaló dos cosas:

En primer lugar que el demonio intenta separar a los hombres de Dios haciendo que ellos mismos se degraden con tres males: el egoísmo, la vanidad y la soberbia. Y, en segundo lugar, que estos tres males se deben rechazar sin ningún tipo de miramientos.

FRANCISCO
"Hemos optado por Jesús y no por el demonio. Si nos acordamos, lo que escuchamos en el Evangelio, Jesús no le contesta al demonio con ninguna palabra propia sino que le contesta con las palabras de Dios, con las palabras de la Escritura. Porque hermanas y hermanos, metámoslo en la cabeza, con el demonio no se dialoga. No se puede dialogar porque nos va a ganar siempre. Solamente la fuerza de la Palabra de Dios lo puede derrotar”.

Francisco concluyó su visita a Ecatepec con el rezo del Ángelus, donde trató de inyectar una buena dosis de optimismo en una región especialmente golpeada por la pobreza y la violencia, especialmente contra las mujeres. Se calcula que en este municipio, entre 2012 y 2015, han sido asesinadas unas 600. 

FRANCISCO
"Quiero invitarlos hoy a estar en primera línea, a primerear en todas las iniciativas que ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad. Donde no  haya necesidad de emigrar para soñar; donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar; donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos. Una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte. Esta tierra tiene sabor Guadalupano, la que siempre madre se nos adelantó en el amor”.


El entusiasmo de la gente no decayó en ningún momento, se calcula que más de 250.000 personas participaron en esta ceremonia.

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