En la audiencia general de este
miércoles el Papa Francisco explicó
que Dios es misericordia infinita y justicia perfecta, dos
realidades que parecen opuestas. Dijo que la misericordia de Dios es lo que
hace que se cumpla la verdadera justicia.
Después reflexionó sobre las
diferencias entre la justicia humana y la divina.
FRANCISCO
"La misericordia de Dios es lo que
hace que se cumpla la verdadera justicia. La justicia humana solamente limita
el mal, no lo vence, no lo hace desaparecer. La justicia divina, en cambio,
supera al mal contraponiéndolo al bien”.
El Papa aseguró que Dios ofrece
continuamente su perdón y ayuda a las personas a acogerlo porque desea su
felicidad eterna.
FRANCISCO
"Dios no quiere la condena de
nadie, de nadie. Cualquiera podrá decirme que la condena de Pilatos se la
merecía. No, Dios quería salvar a Pilatos, e incluso a Judas. ¡A todos! El Dios
de la Misericordia quiere salvar a todos, el problema es dejar que entre en el
corazón”.
Por segunda semana consecutiva, el
Papa disfrutó de la actuación de un circo. Esta vez fue el American Circus el
que con su espectáculo llenó de color la plaza de San Pedro.
"Este de aquí delante era bueno,
¿eh?”
La destreza de estos artistas inspiró
al Papa una reflexión sobre la importancia de esforzarse en la vida.
FRANCISCO
"La seducción de la vida fácil o
de llegar a un buen fin sin esfuerzo es una tentación. Pero vosotros con lo que
acabáis de hacer y con el entrenamiento que hay detrás dais testimonio de que
la vida sin un esfuerzo continuo es una vida mediocre”.
Al final de la audiencia general,
recordó a un mártir armeno, San Blas de Sebaste, asesinado en la persecución de
los primeros siglos. Francisco pidió a los cristianos que, como este mártir, no
tengan miedo de hablar de Dios en condiciones difíciles.
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