Usando como
fuente la entrevista que concedió en el avión de regreso del JMJ
Ilze Scamparini: Me
gustaría pedir permiso para hacer una pregunta un poco delicada: Quiero saber,
Santidad, ¿qué va a hacer al respecto? ¿Cómo lidiar con este problema y cómo Su
Santidad se propone abordar todo el tema del lobby gay?
Papa Francisco: Me
gustaría añadir una cosa más en esto: veo que muchas veces en la Iglesia, se
buscan los "pecados de juventud", por ejemplo, y esto se publica. No
los delitos, ¿eh? Los delitos son otra cosa: abuso a menores es un delito. No,
los pecados. Pero si una persona, laica o presbítero o religiosa, cometió un
pecado y luego se convirtió, el Señor perdona, y cuando el Señor perdona, el
Señor olvida, y esto es importante para nuestra vida. Cuando vamos a la
confesión y decimos realmente, "He pecado en esto", el Señor se
olvida, y nosotros no tenemos el derecho de no olvidar, porque corremos el
riesgo de que el Señor no se olvide de nuestros pecados. Es un peligro aquello.
Esto es importante: una teología del pecado. Muchas veces pienso en san Pedro:
hizo uno de los peores pecados, que es negar a Cristo, y con este pecado lo
hicieron papa. Tenemos que pensar mucho.
Usted habló del lobby gay. ¡Mah! Se escribe mucho del lobby gay.
Todavía no he encontrado a alguien que me dé su tarjeta de identificación en el
Vaticano con el "gay". Dicen que hay. Yo creo que cuando uno se
encuentra con una persona así, hay que distinguir el hecho de ser una persona
homosexual, del hecho de hacer un lobby, porque no todos los lobbys son buenos.
Eso es malo. Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buenas intenciones,
¿quién soy yo para juzgarla? El Catecismo de la Iglesia Católica explica de
modo tan hermoso esto, pero dice..., espera un poco, como se dice ... y dice:
"no hay que marginar a estas personas por esto, deben ser integradas en la
sociedad". El problema no es tener esa tendencia, no, tenemos que ser
hermanos, porque este es uno, pero si hay otro, es otro. El problema consiste
en hacer lobby por esta tendencia: el lobby de los codiciosos, el lobby de los
políticos, el lobby de los masones, muchos lobby. Este es el problema más grave
para mí. Y muchas gracias por haber hecho esta pregunta. ¡Muchas gracias!
Las
palabras del Papa Francisco sobre la homosexualidad
-"mientras la orientación sexual no es un pecado, sí lo
pueden ser sus actos" o "si una persona es gay y busca al Señor y
tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? - y la presencia de la
mujer en la Iglesia - "La puerta está cerrada' a la ordenación de la
mujer"- siguen las líneas marcadas por el Catecismo de la Iglesia Católica
en el caso de los gais y reiteran lo aprobado por Juan Pablo II, que cerró las
puertas al sacerdocio femenino.
Sus
palabras, que han levantado una gran expectación dejan sin embargo con un palmo
de narices a quienes veían un "cambio de época" en la Iglesia.
"El Catecismo de la Iglesia Católica explica y dice que no se debe
marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad", dijo
el Papa. El papa
Bergoglio siguió esa línea a la hora de expresarse sobre los gais y no
manifestó ningún comentario que fuese contrario o supusiese un cambio radical a
lo que dice el Catecismo.
Este,
apoyándose en la Sagrada Escritura, considera las relaciones homosexuales
"depravaciones graves", "actos intrínsecamente desordenados,
contrarios a la ley natural y que no pueden recibir aprobación en ningún
caso".
Una fuente
vaticana comentó que Francisco "repite con una sonrisa", lo que
Benedicto XVI decía con semblante más serio, y ambos siguiendo las
instrucciones ya dadas durante el pontificado de Juan Pablo II.
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