Ahora nos toca hablar de las
consecuencias más duras de la pornografía. Disculpen que entremos tan hondo en
el abismo pero vale la pena pertrecharnos de los recursos adecuados para
desenmascarar totalmente el mal potencial que se encuentra detrás de esto. Hago
solo una sencilla salvedad: la brutalidad de las consecuencias que verán a
continuación podrían hacernos pensar que solo una mente enferma podría llegar a
superar esos límites. Yo quiero oponerme rotundamente a un pensamiento de ese
tipo. La pornografía, como cualquier adicción,
necesita dosis cada vez más fuertes, se empieza por fotos, se pasa a
videos, se salta a producciones un poco más fuertes, se desciende a material
cuyas escenas en la vida real son crímenes; las imágenes de pronto no son
suficientes, se necesita experimentar; y así sucesivamente… quien quiera
abrirle las puertas de su corazón a la pornografía que se atenga a las
consecuencias; todos los límites podrán ser superados.
El video aquí abajo es la
última confesión de Ted Bundy antes de morir en
la silla eléctrica en 1989. Fue un asesino en serie que mató y violó
alrededor de 100 mujeres de todas las edades. Antes de morir concedió una
entrevista en la que explicó como la pornografía fue uno de los factores
fundamentales en su recorrido por los pliegues más oscuros de la miseria
humana. Aquí se los dejo:
Fuente: catholic-link
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