Cientos de años de historia y tradición han saltado por los
aires en cuestión de segundos. Los radicales del Estado Islámico han destruido
así la tumba del profeta Jonás.
Estaba en una mezquita y era un lugar sagrado tanto para
musulmanes como para cristianos. El jueves fue arrasado por los radicales
islamistas del Estado Islámico que controlan la ciudad desde junio.
Algunos iraquíes grabaron el momento de la explosión. Parte
del edificio está destruido y lo que ha quedado en pie, está visiblemente
dañado.
Otros vídeos que circulan por las redes sociales muestran
cómo los radicales han destrozado con martillos la antigua lápida.
La ciudad de Mosul, la segunda mayor de Iraq, está a merced
de estos yihadistas cuyas víctimas son los cristianos y los musulmanes chiíes.
Han destruido mezquitas e iglesias y han expulsado a los cristianos de la
ciudad.
La ONU ha calificado esta persecución de crímen contra la
humanidad. El patriarca caldeo, monseñor Louis Sako lo define como
"limpieza étnica”.
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