Este fue el impresionante ambiente
con el que miles de personas recibieron al Papa en el Madison Square Garden de
Nueva York.
Antes de llegar al altar, Francisco,
subido en este vehículo, bendijo y saludó a los presentes. Un matrimonio, con lágrimas en los ojos, le acercó a su hijo
enfermo. El Papa acarició y bendijo con ternura al pequeño.
En su homilía hizo referencia al
bullicio de ciudades como Nueva York. Recordó que, en medio del ruido y del
caos, Dios y la Iglesia siguen presentes. Pidió además que no se ignore a los inmigrantes, las personas enfermas, ancianas,
sin hogar o especialmente vulnerables.
FRANCISCO
"Se convierten en parte de un
paisaje urbano que lentamente se va naturalizando ante nuestros ojos y
especialmente en nuestro corazón”.
Explicó que, la
pregunta,"Maestro, ¿qué debemos hacer?”, que aparece muchas veces en el
Evangelio, tiene una respuesta clara: Es necesario ir al encuentro de los demás donde están, no donde nos gustaría
que estuvieran.
FRANCISCO
"El primer movimiento que Jesús
genera con su respuesta es proponer, incitar, motivar. Propone siempre a sus
discípulos ir, salir”.
Quien muestra cómo es Jesús, dijo el
Papa. Es su forma de actuar en la vida de las personas. Espera por el hijo
pródigo como un Padre misericordioso.
FRANCISCO
"Vayan y anuncien, vayan y vivan
que Dios está en medio de ustedes como un Padre misericordioso que sale todas
las mañanas y todas las tardes para ver si su hijo vuelve a casa, y apenas lo
ve venir corre a abrazarlo”.
Francisco explicó además que solo Cristo es capaz de liberar de la vida vacía e impersonal que
se desarrolla en las grandes ciudades, paradójicamente, llenas de personas.
La celebración estuvo acompañada de una impresionante música interpretada por este
coro que sobrecogió al Madison Square Garden.
Al terminar la Misa, el cardenal
Dolan agradeció al Papa su visita. Fue entonces cuando todo el recinto se puso
en pie para aplaudir a Francisco.
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