Cuando Francisco hable ante el
Congreso de los Estados Unidos, estará ante un público familiar con su mensaje. En torno a nueve de cada diez miembros del Congreso son
cristianos, y casi un tercio, católicos.
Los políticos del Congreso son sólo
una mínima parte de los políticos católicos del país. Hay miles de concejales, alcaldes, legisladores estatales y
gobernadores que se consideran católicos.
Lo curioso es que aunque conozcan las
ideas del Papa, a menudo sus programas políticos las ignoran.
Por eso, el discurso del Papa podría
resultarles un poco molesto. Y es que ser fiel a la propia religión es un reto
para cualquier político.
MICHAEL DRIESSEN
John Cabot University (Italia)
"Creo que las prioridades que el
Papa se ha dado, sus consecuencias y su modo de ejercer el liderazgo, han
puesto en marcha un debate político real”.
Francisco está hablando con fuerza de
muchos temas, desde el calentamiento global, al aborto, o la pena de muerte.
Hay pocos políticos católicos que se
comprometan con todos estos temas. La preguntas es si eso los hace malos
católicos.
Obviamente depende de la gravedad de
la cuestión y de su responsabilidad directa. La posición de un líder sobre el
aborto es moralmente mucho más relevante que su opinión sobre un plan
urbanístico.
Otra respuesta vino de la
Congregación para la Doctrina de la Fe que en 2002 publicó una Nota sobre
"la conducta de los católicos en la vida política”.
La nota dice que "La enseñanza
social de la Iglesia no es una intromisión en el gobierno de los diferentes
países. Plantea ciertamente, en la conciencia única y unitaria de los fieles
laicos, un deber moral de coherencia”.
La Iglesia por lo general no se
involucra en cuestiones políticas específicas, pero obviamente invita a quienes
se definen católicos a intentar ser coherentes con la fe.
El alcalde de Boston, que es
católico, describe así la "tensión” que vive entre sus creencias y su
papel público.
MARTY WALSH
Alcalde de Boston (EE.UU.)
"He experimentado esta tensión
varias veces en mis años como legislador y ahora como alcalde. Mi relación con
mi Iglesia es sobre todo mi relación con Dios. Creo que es importante este
punto de partida. Yo no entro en si lo que dice la Iglesia es correcto o
incorrecto, si yo hago bien o mal, si la gente es buena o mala. A mí me han
elegido para representar a personas de diferentes religiones o que no creen en
nada. Yo siempre tengo que tener esto en la cabeza”.
En EEUU hay católicos tanto en el
partido demócrata como en el republicano. Según CNN, Barack Obama obtuvo en el
año 2012 el 50 por ciento del voto católico y su rival republicano Mitt Romney
el 48 por ciento.
Ninguno de los dos partidos comparte
al 100% la doctrina católica. Los demócratas sintonizan con
Francisco en cuestiones como la emigración y el medio ambiente. Los
republicanos, con la oposición al matrimonio gay y el aborto.
Estas diferencias han llevado a
muchos demócratas y republicanos a decir que separan su religión de su vida
pública.
CARD. PETER TURKSON
Presidente, Pontificio Consejo Justicia
y Paz
18 DE JUNIO 2015
"Es una separación un poco
artificial. Espero que dejemos atrás estas categorías y divisiones
artificiales. Es importante que los políticos se den cuenta de que no pueden
actuar con una doble personalidad”.
A menudo, los políticos católicos
tienen éxito político a expensas de sus creencias religiosas.
Por ejemplo, los demócratas con
ambiciones presidenciales apoyan el aborto para ganar el apoyo del resto de su
partido. También los republicanos que quieren ir a la Casa Blanca sienten la
presión de sus bases políticas para apoyar una línea dura en la emigración.
El cardenal Turkson les recuerda que no
sólo los políticos afrontan dilemas morales.
CARD. PETER TURKSON
Presidente, Pontificio Consejo Justicia
y Paz
18 DE JUNIO 2015
"Estas cuestiones nos obligan a
tomar una decisión fundamental. La respuesta es: ¿En definitiva, qué es lo que
realmente quieres?”.
Hay cuestiones que dividen EEUU, y la
clase política representa esas divisiones. Aunque el embajador americano ante
el Vaticano piensa que no será la cuestión que centrará el discurso del
Papa.
KENNETH HACKETT
Embajador de EE.UU. ante el Vaticano
"No creo que el Papa vaya allí
para reparar divisiones, o que le preocupen especialmente las diferencias de
opinión en Estados Unidos. Lo que creo que va a hacer, como ha hecho en otros
lugares, es subrayar cuáles son los valores y principios importantes y hablar
de ellos”.
Obviamente, el Papa hablará ante el
Congreso americano y en la ONU como un hombre de fe. Y con esa actitud
intentará que quienes le escuchen comprendan mejor la responsabilidad que han
asumido ante sus votantes, y ante Dios.
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