Ante una plaza de San Pedro más vacía que de costumbre el
Papa Francisco protagonizó una confortadora audiencia. Terminó el ciclo de
catequesis sobre la familia y en esta ocasión habló sobre la Misericordia en
vista del inminente Jubileo.
Dijo que todas las personas tienen algo de lo que
arrepentirse, cosas que pesan en el corazón, y que para
remediarlas siempre encontrarán abiertas las puertas de un Dios que no se cansa
de perdonar.
FRANCISCO
"Y
si la puerta de la Misericordia de Dios está siempre abierta, también las
puertas de nuestras iglesias, del amor de nuestras comunidades, de nuestras
parroquias, de nuestras instituciones, de nuestras diócesis, deben estar
abiertas. FLASH. Nada de puertas blindadas en la Iglesia. Todo abierto”.
El Papa pidió a los cristianos y especialmente a los
pastores que sean acogedores. Dijo que no son quienes para
decidir a qué ovejas ayudar y a cuáles no porque para Dios todas cuentan.
FRANCISCO
"Las
ovejas no las escoge el guardián. No las elige el secretario parroquial o la
secretaria de la parroquia. No. No las eligen. Todas las ovejas están
invitadas. Son elegidas por el Buen Pastor. El guardián, también él, obedece la
voz del Pastor”.
También señaló que los pastores, los guardianes de la Iglesia, no deben
olvidar que son administradores de la misericordia de Dios, no los padrones.
FRANCISCO
"Podemos
decir que debemos ser como ese guardián. La Iglesia es la portera de la Casa
del Señor. La Iglesia es la portera, no la padrona de la Casa del Señor”.
Francisco recordó que el 20 de noviembre se celebra la
Jornada Mundial de la Infancia por lo que clausuró la audiencia
con un llamamiento a la comunidad internacional. Pidió que se garantice el
acceso a la educación y que se trabaje por evitar el fenómeno de los niños
soldado.
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