sábado, 21 de noviembre de 2015

Papa: 'Dios llora por el mundo en guerra'


Durante su homilía matinal de este jueves en Casa Santa Marta, el Papa ofreció un negro panorama del estado actual de mundo. Mientras se acerca la Navidad, el mundo permanece en guerra, dijo Francisco.

FRANCISCO
"Una guerra puede ser justificada -es un decir- por muchas, muchas razones, pero cuando, como ahora, todo el mundo está en una guerra por partes, -aquí, allí y en todos los sitios- no hay justificación y Dios llora. Jesús llora”.

El Papa dijo que a pocos días del Jubileo de la Misericordia, los cristianos deben pedir una "conversión del corazón” y que el mundo pueda darse cuenta delprofundo coste de la guerra.

EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)                                       

"Pero también hoy Jesús llora. Porque nosotros hemos preferido el camino de las guerras, el camino del odio, el camino de las enemistades. La Navidad está cerca: habrá luces, habrá fiestas, árboles iluminados, también pesebres… todo falsificado: el mundo sigue haciendo la guerra, sigue haciendo las guerras. El mundo no ha comprendido el camino de la paz”       


"¿Qué queda? Ruinas, miles de niños sin educación, tantos muertos inocentes: ¡tantos!, y tanto dinero en los bolsillos de los traficantes de armas. Una vez Jesús dijo: "No es posible servir a dos patrones: o a Dios, o las riquezas”. La guerra es precisamente la elección por las riquezas: "Construyamos armas, así la economía se equilibra un poco, y vamos adelante con nuestro interés”. Hay una palabra fea del Señor: "¡Malditos!”. Porque Él ha dicho: "¡Bienaventurados los constructores de paz!”. Estos que trabajan por la guerra, que hacen las guerras, son malditos, son delincuentes. Una guerra se puede justificar – entre comillas – con tantas, tantas razones. Pero cuando todo el mundo, como sucede hoy, está en guerra, ¡todo el mundo!: es una guerra mundial – a pedazos: aquí, allá, allá, por doquier… no hay justificación. Y Dios llora. Jesús llora”.



"Nos hará bien también a nosotros pedir la gracia del llanto, por este mundo que no reconoce el camino de la paz. Que vive para hacer la guerra, con el cinismo de decir que no hay que hacerla. Pidamos la conversión del corazón. Precisamente en el umbral de este Jubileo de la Misericordia, que nuestro júbilo, nuestra alegría sea la gracia para que el mundo vuelva a encontrar la capacidad de llorar por sus crímenes, por lo que hace con las guerras” 


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