Con desbordante alegría y música...
Así fue recibido el Papa Francisco en
la iglesia de San José Obrero en Kangemi, un barrio
marginal a las afueras de Nairobi.
Primero, el Papa firmó el Libro de Honor de la parroquia y
después el padre Pascal y el arzobispo Martin Kivuva le agradecieron su visita.
"Me siento muy honrado y le
agradezco, Santidad, que haya elegido visitar la parroquia de San José Obrero
de Kangemi”.
"De hecho, Santidad, hoy es un día
hermoso y feliz para nuestra iglesia de Kangemi”.
También escuchó el testimonio de
Pamela Akwende, una de las habitantes del barrio. Contó al Papa las duras condiciones de vida en esa zona, como que
las familias viven con menos de un dólar al día. Por eso, le hizo una petición.
"Santidad, le quisiera pedir que
solicite a nuestro gobierno que mejore los servicios básicos de estos lugares”.
El Papa primero les agradeció en inglés
su acogida y continuó hablando en español. Les dijo que se sentía como en casa.
FRANCISCO
"En verdad me siento como en casa
compartiendo este momento con hermanos y hermanas que no me avergüenza decirlo
tienen un lugar preferencial en mi vida y en mis opciones. Estoy aquí porque
quiero que sepan que sus alegrías y esperanzas, sus angustias y tristezas no me
son indiferentes”.
Francisco elogió los valores de estos
barrios populares donde hay una gran cultura de la
solidaridad.
FRANCISCO
"Quisiera reivindicar en primer
lugar estos valores que ustedes practican, valores que no cotizan en Bolsa,
valores con los que no se especula ni tienen precio de mercado. Los felicito,
los acompaño y quiero que sepan que el Señor nunca se olvida de ustedes”.
Pero, al mismo tiempo, denuncio la
"atroz injusticia de la marginación urbana”.
FRANCISCO
"Son las heridas provocadas por
minorías que concentran el poder, la riqueza y derrochan con egoísmo, mientras
crecientes mayorías deben refugiarse en periferias abandonadas, contaminadas,
descartadas”.
Por eso, el Papa pidió una justa
distribución del suelo y que se provea a estos lugares de infraestructuras
tales como alcantarillado, sistema de recogida de basuras, colegios y
hospitales. Pidió, sobre todo, que las personas tengan acceso al agua potable.
Explicó que estos problemas son
consecuencia de "nuevas formas de colonialismo” que
pretenden que los países africanos sean "piezas de un mecanismo
gigantesco”.
Unas 100.000
personas habitan en este barrio de la periferia de Nairobi. Los
jesuitas gestionan esta parroquia que visitó el Papa.
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