Esta fiesta
se celebraba en la Iglesia Latina el jueves siguiente al Domingo de Trinidad
para conmemorar solemnemente la institución de la Sagrada Eucaristía. Del
Jueves Santo, que conmemora este gran evento, se hace mención como Natalis
Calicis (Nacimiento del Cáliz), siendo el día 25 de Marzo considerado en
algunos lugares como el día de la muerte de Cristo. Este día, sin embargo,
estaba en Semana Santa, un tiempo de tristeza, tantos otros actos tenían lugar
en este día que el acontecimiento principal casi se perdía de vista. Esto se
menciona como la razón principal para la introducción de la nueva fiesta, en la
Bula “Transiturus”.
El instrumento de que se valió la Divina Providencia para oficializar el día , fue Santa Juliana de Monte, desde su temprana edad, tuvo una gran veneración por el Santísimo Sacramento, y siempre anheló una fiesta especial en su honor. Se afirma haberse incrementado este deseo por una visión de la Iglesia bajo la apariencia de la luna llena que tenía un punto negro, el cual significaba la ausencia de tal solemnidad. Ella hizo conocer sus ideas a sacerdotes, obispos y hasta finalmente al Papa Urbano IV, quien publicó la Bula “Transiturus”( 1264), en la cual, después de haber ensalzado el amor de Nuestro Señor como se expresaba en la Sagrada Eucaristía, ordenó la celebración anual de Corpus Christi en el Jueves siguiente al Domingo de Trinidad, concediendo al mismo tiempo muchas indulgencias a los fieles por su asistencia a la Misa y al Oficio. Este Oficio, compuesto a solicitud del papa por el Doctor Angélico Santo Tomás de Aquino, es uno de los más bellos en el Breviario Romano y ha sido admirado aún por los protestantes.
El instrumento de que se valió la Divina Providencia para oficializar el día , fue Santa Juliana de Monte, desde su temprana edad, tuvo una gran veneración por el Santísimo Sacramento, y siempre anheló una fiesta especial en su honor. Se afirma haberse incrementado este deseo por una visión de la Iglesia bajo la apariencia de la luna llena que tenía un punto negro, el cual significaba la ausencia de tal solemnidad. Ella hizo conocer sus ideas a sacerdotes, obispos y hasta finalmente al Papa Urbano IV, quien publicó la Bula “Transiturus”( 1264), en la cual, después de haber ensalzado el amor de Nuestro Señor como se expresaba en la Sagrada Eucaristía, ordenó la celebración anual de Corpus Christi en el Jueves siguiente al Domingo de Trinidad, concediendo al mismo tiempo muchas indulgencias a los fieles por su asistencia a la Misa y al Oficio. Este Oficio, compuesto a solicitud del papa por el Doctor Angélico Santo Tomás de Aquino, es uno de los más bellos en el Breviario Romano y ha sido admirado aún por los protestantes.
¿Qué es un milagro eucarístico?
Los milagros eucarísticos son hechos sobrenaturales
relacionados a la Eucaristía. La Eucaristíaes el rito en de la
consagración del pan y el vino para convertirlos en el Cuerpo y la Sangre de
Cristo. La mayoría de los milagros eucarísticos ocurren durante algún momento
del ritual de la eucaristía, pero el término "milagro eucarístico"
también se refiere a ocurrencias relacionadas a la hostia consagrada
Uno de los ejemplos más comentados son cuando se dan casos
(muy especiales) en que la Hostia pasa de ser "pan" a ser parte de un
tejido de carne, o el vino pasa a convertirse en sangre.
Hay la historia de cuando San Antonio de Padua presentó la hostia consagrada a una mula que su dueño había dejado sin comer varios días (con el objeto de hacer esta prueba). Cerca de la Hostia habían puesto la comida de la mula. La pobre mula, toda hambrienta, en lugar de correr tras la comida se detuvo ante la hostia, se inclinó reverentemente, y luego fue a comer, fue un milagro que convirtió a muchos.
Algunos milagros eucarísticos famosos
Lanciano: Aquí se conserva desde hace más de trece siglos el más antiguo y más grande de 400 milagros eucarísticos. Esta es la historia: Un sacerdote inteligente y entendido en las cosas del mundo, pero débil en la fe, dudaba de la presencia real de Nuestro Señor Jesús en la Eucaristía: ¿Está Jesús realmente presente –no figurativa ni simbólicamente– en la Eucaristía?
Una mañana del año 700, mientras celebraba la Santa Misa, el sacerdote estaba siendo atacado fuertemente por la duda, y después de haber pronunciado las solemnes palabras de la consagración, vio como la Santa Hostia se convirtió en un círculo de carne y el vino en sangre visible. Se sorprendió y emocionó tanto que se puso a temblar y a llorar incontrolablemente de gozo y agradecimiento.
Estuvo parado por un largo rato, de espaldas a los fieles, como era la Misa en ese tiempo. Después se volteó despacio hacia ellos, diciéndoles: “¡Oh afortunados testigos a quién el Santísimo Dios, para destruir mi falta de fe, ha querido revelárseles Él mismo en este Bendito Sacramento y hacerse visible ante nuestros ojos. Vengan, hermanos y maravíllense ante nuestro Dios tan cerca de nosotros. ¡Contemplen la Carne y la Sangre de Nuestro Amado Cristo!”.
Las personas se apresuraron para ir al altar y, al presenciar el milagro, empezaron a clamar, pidiendo perdón y misericordia. Otras empezaron a darse golpes de pecho, confesando sus pecados, declarándose indignos de presenciar tal milagro. Todos contaban la historia por toda la ciudad y por todos los pueblos circunvecinos.
La Carne se mantuvo intacta, pero la Sangre se dividió en el
cáliz en 5 partículas o bolitas de diferentes tamaños y formas irregulares.
Inmediatamente la Hostia y las cinco partículas fueron colocadas en un
relicario de marfil, que fue reemplazado en 1713 por el relicario actual, de
plata y cristal, en el que hoy pueden verse la Carne y la Sangre como entonces.Hay la historia de cuando San Antonio de Padua presentó la hostia consagrada a una mula que su dueño había dejado sin comer varios días (con el objeto de hacer esta prueba). Cerca de la Hostia habían puesto la comida de la mula. La pobre mula, toda hambrienta, en lugar de correr tras la comida se detuvo ante la hostia, se inclinó reverentemente, y luego fue a comer, fue un milagro que convirtió a muchos.
Algunos milagros eucarísticos famosos
Lanciano: Aquí se conserva desde hace más de trece siglos el más antiguo y más grande de 400 milagros eucarísticos. Esta es la historia: Un sacerdote inteligente y entendido en las cosas del mundo, pero débil en la fe, dudaba de la presencia real de Nuestro Señor Jesús en la Eucaristía: ¿Está Jesús realmente presente –no figurativa ni simbólicamente– en la Eucaristía?
Una mañana del año 700, mientras celebraba la Santa Misa, el sacerdote estaba siendo atacado fuertemente por la duda, y después de haber pronunciado las solemnes palabras de la consagración, vio como la Santa Hostia se convirtió en un círculo de carne y el vino en sangre visible. Se sorprendió y emocionó tanto que se puso a temblar y a llorar incontrolablemente de gozo y agradecimiento.
Estuvo parado por un largo rato, de espaldas a los fieles, como era la Misa en ese tiempo. Después se volteó despacio hacia ellos, diciéndoles: “¡Oh afortunados testigos a quién el Santísimo Dios, para destruir mi falta de fe, ha querido revelárseles Él mismo en este Bendito Sacramento y hacerse visible ante nuestros ojos. Vengan, hermanos y maravíllense ante nuestro Dios tan cerca de nosotros. ¡Contemplen la Carne y la Sangre de Nuestro Amado Cristo!”.
Las personas se apresuraron para ir al altar y, al presenciar el milagro, empezaron a clamar, pidiendo perdón y misericordia. Otras empezaron a darse golpes de pecho, confesando sus pecados, declarándose indignos de presenciar tal milagro. Todos contaban la historia por toda la ciudad y por todos los pueblos circunvecinos.
En sí mismo, este suceso, certificado documentalmente, es extraordinario. Pero además, la conservación de la Carne y de la Sangre, dejada al estado natural por espacio de trece siglos y expuesta a la acción de agentes atmosféricos y biológicos, es inexplicable científicamente. Lo normal es que se hubieran desintegrado al cabo de unos cuantos años.
A través del tiempo, se han hecho muchas investigaciones. En
1574 se descubrió otro fenómeno inexplicable. Las cinco bolitas de Sangre
coagulada son de diferentes tamaños y formas, pero cualquier combinación pesa
en total lo mismo. En otras palabras, una pesa lo mismo que dos o cinco, dos
pesan lo mismo que tres o cuatro, etc.
Análisis realizados en 1991 con absoluto rigor científico,
con los instrumentos más avanzados y documentados por una serie de fotografías
al microscopio, dieron los siguientes resultados: La Carne pertenece a un
corazón humano, estando presentes, en secciones, el miocardio, el endocardio,
el nervio vago y, por el relevante espesor del miocardio, el ventrículo
izquierdo. La Sangre es sangre humana con todos los componentes de la sangre
fresca. Carne y Sangre son del grupo sanguíneo AB, como el presente en la
Sábana Santa y otros milagros eucarísticos.
¿Qué decir ante esto?
Para que creamos, Jesús nos demuestra mediante este Milagro Eucarístico que en
cada Misa y en cada Sagrario de la Tierra se encuentra Él realmente presente en
el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, con Su Carne y Sangre, Humanidad y
Divinidad. Allí está Su Corazón traspasado de amor por los hombres, recibiendo
indiferencias y desprecios, ofensas y sacrilegios de aquellos por los que
sufrió hasta la muerte en la cruz.
El milagro de
Alboraya En una noche de julio de 1348, el párroco de Alboraya,
Valencia (España) fue a llevar Viático a un moribundo. La tormenta que
amenazaba no le arredró pues era un sacerdote amante de la Eucaristía.
Terminada su visita, justo cuando se disponía a regresar, irrumpió con fuerza
la amenazante tormenta. Pensó que no podía quedarse en aquella casa toda la
noche y, aprovechando un momento de calma temporal, se lanzó al camino con el
copón fuertemente agarrado cerca de su pecho. La tormenta no cedía y el camino
estaba oscuro y repleto de lodo.
Prosiguió su camino hasta llegar al paso más difícil, perdió
el equilibrio, resbaló y perdió control del copón que cayó en las tumultuosas
aguas del torrente. La noticia se propagó por toda la zona y muchos hombres se
presentaron para ayudar con el rescate. Trabajaron toda la noche y, por fin,
con las primeras luces del día, apareció el copón. Pero... ¡estaba vacío!
Fue entonces que el Señor les respondió con un gran Milagro
que fue testimoniado por cien crónicas. A la luz de la aurora, allí donde el
torrente desemboca al mar, todos los vecinos de Alboraya pudieron ver cómo tres
peces se mantenían erguidos sobre la corriente, cada uno sosteniendo en la boca
entreabierta una Hostia consagrada. Aquéllos devotos cayeron de rodillas,
mientras alguien corrió a comunicar al párroco aquel portento. Los tres peces
siguieron inmóviles en medio de la corriente hasta que el sacerdote, revestido
de ornamentos sagrados, se acercó a la ribera. Mientras todos cantaban al
Señor, los tres peces fueron depositando las tres Formas en manos del
sacerdote. Siguió una procesión para trasladar el Santísimo hasta la iglesia
del pueblo. El copón del milagro se conserva aún hoy como perpetuo recuerdo del
milagro. En él se han grabado las siguientes palabras: "¿Quién negará
de este Pan el Misterio, cuando un mudo pez nos predica la fe?"
Milagro
eucarístico de Casia: Este pueblo es más conocido por su hija Santa
Rita cuyo cuerpo descansa en la basílica, pero también aquí se conserva la
reliquia de un insigne milagro Eucarístico que tuvo lugar en Siena, Italia, en
1330.
Un sacerdote había perdido su respeto por la Eucaristía. Un día recibió una llamada de un enfermo. En vez de poner la Eucaristía en el relicario para llevarla cerca de su corazón, el sacerdote tomó la Hostia e irreverentemente la puso entre las páginas del Breviario. Cuando llegó a la casa del enfermo, lo preparó para recibir la Eucaristía. Abrió el libro para tomar la Hostia y darle la comunión. Al abrir el libro, el sacerdote fue sacudido al encontrar en su lugar dos manchas redondas de sangre en las páginas, una frente a la otra. El sacerdote se fue de la casa con gran pánico, e inmediatamente buscó a Beato Simone, quien era conocido por su santidad, para contarle su pecado y el milagro, y le dio la absolución.
A este milagro se le atribuye un fenómeno muy extraño. ¿O podría ser un milagro dentro de un milagro? A través de los años las personas empezaron a notar un cambio en la página con la mancha de sangre. Un rostro comenzó a aparecer en la página. Es casi como si un color más oscuro apareciera en ciertas partes de la página. Hay algunos que ven el rostro de Cristo. Cuando el sacerdote trae la Custodia al Altar, pone una linterna detrás de la página para mostrar el rostro. Es un perfil perfectamente formado de un hombre con barba y bigote.
Testigos
Misa en cárcel comunista. Cardenal Van Thuan
Un sacerdote había perdido su respeto por la Eucaristía. Un día recibió una llamada de un enfermo. En vez de poner la Eucaristía en el relicario para llevarla cerca de su corazón, el sacerdote tomó la Hostia e irreverentemente la puso entre las páginas del Breviario. Cuando llegó a la casa del enfermo, lo preparó para recibir la Eucaristía. Abrió el libro para tomar la Hostia y darle la comunión. Al abrir el libro, el sacerdote fue sacudido al encontrar en su lugar dos manchas redondas de sangre en las páginas, una frente a la otra. El sacerdote se fue de la casa con gran pánico, e inmediatamente buscó a Beato Simone, quien era conocido por su santidad, para contarle su pecado y el milagro, y le dio la absolución.
A este milagro se le atribuye un fenómeno muy extraño. ¿O podría ser un milagro dentro de un milagro? A través de los años las personas empezaron a notar un cambio en la página con la mancha de sangre. Un rostro comenzó a aparecer en la página. Es casi como si un color más oscuro apareciera en ciertas partes de la página. Hay algunos que ven el rostro de Cristo. Cuando el sacerdote trae la Custodia al Altar, pone una linterna detrás de la página para mostrar el rostro. Es un perfil perfectamente formado de un hombre con barba y bigote.
Testigos
Misa en cárcel comunista. Cardenal Van Thuan
¿Cómo celebraba la misa el cardenal vietnamita que estuvo
años en un campo de concentración? Van Thuan, el arzobispo vietnamita que
estuvo años en prisión, da testimonio sobre cómo logró celebrar la misa en un
campo de concentración comunista.
"Cuando me arrestaron, tuve que marcharme enseguida, con las manos vacías. Al día siguiente me permitieron escribir a los míos, para pedir lo más necesario: ropa, pasta de dientes... Les puse: Por favor, enviadme un poco de vino como medicina contra el dolor de estómago. Los fieles comprendieron enseguida. Me enviaron una botellita de vino de misa, con la etiqueta: medicina contra el dolor de estómago, y hostias escondidas en una antorcha contra la humedad.
La policía me preguntó: –¿Le duele el estómago? –Sí. –Aquí tiene una medicina para usted. Nunca podré expresar mi gran alegría: diariamente, con tres gotas de vino y una gota de agua en la palma de la mano, celebré la misa. ¡Éste era mi altar y ésta era mi catedral! Era la verdadera medicina del alma y del cuerpo: Medicina de inmortalidad, remedio para no morir, sino para vivir siempre en Jesucristo, como dice Ignacio de Antioquía.
"Cuando me arrestaron, tuve que marcharme enseguida, con las manos vacías. Al día siguiente me permitieron escribir a los míos, para pedir lo más necesario: ropa, pasta de dientes... Les puse: Por favor, enviadme un poco de vino como medicina contra el dolor de estómago. Los fieles comprendieron enseguida. Me enviaron una botellita de vino de misa, con la etiqueta: medicina contra el dolor de estómago, y hostias escondidas en una antorcha contra la humedad.
La policía me preguntó: –¿Le duele el estómago? –Sí. –Aquí tiene una medicina para usted. Nunca podré expresar mi gran alegría: diariamente, con tres gotas de vino y una gota de agua en la palma de la mano, celebré la misa. ¡Éste era mi altar y ésta era mi catedral! Era la verdadera medicina del alma y del cuerpo: Medicina de inmortalidad, remedio para no morir, sino para vivir siempre en Jesucristo, como dice Ignacio de Antioquía.
A cada paso tenía ocasión de extender los brazos y clavarme en la cruz con Jesús, de beber con Él el cáliz más amargo. Cada día, al recitar las palabras de la consagración, confirmaba con todo el corazón y con toda el alma un nuevo pacto, un pacto eterno entre Jesús y yo, mediante su sangre mezclada con la mía. ¡Han sido las misas más hermosas de mi vida!"
Mártir por amor a la Eucaristía.Obispo
Fulton Sheen
Unos meses antes de
su muerte el Obispo Fulton J. Sheen fue entrevistado por la televisión
nacional: "Obispo Sheen, usted inspiró a millones de personas en todo el
mundo. ¿Quién lo inspiró a usted? ¿Fue acaso un Papa?". El Obispo Sheen
respondió que su mayor inspiración no fue un Papa, ni un Cardenal, u otro
Obispo, y ni siquiera fue un sacerdote o monja. Fue una niña China de once años
de edad. Explicó que cuando los comunistas se apoderaron de China, encarcelaron
a un sacerdote en su propia rectoría cerca de la Iglesia. El sacerdote observó
aterrado desde su ventana como los comunistas penetraron en la iglesia y se
dirigieron al santuario. Llenos de odio profanaron el tabernáculo, tomaron el
copón y lo tiraron al piso, esparciendo las Hostias Consagradas. Eran tiempos
de persecución y el sacerdote sabía exactamente cuántas Hostias contenía el
copón: Treinta y dos.
Cuando los
comunistas se retiraron, tal vez no se dieron cuenta, o no prestaron atención a
una niñita que rezaba en la parte de atrás de la iglesia, la cual vio todo lo
sucedido. Esa noche la pequeña regresó y, evadiendo la guardia apostada en la
rectoría, entró a la iglesia. Allí hizo una hora santa de oración, un acto de
amor para reparar el acto de odio. Después de su hora santa, se adentró al
santuario, se arrodilló, e inclinándose hacia delante, con su lengua recibió a
Jesús en la Sagrada Comunión. (en aquel tiempo no se permitía a los laicos
tocar la Eucaristía con sus manos).
La pequeña continuó
regresando cada noche, haciendo su hora santa y recibiendo a Jesús Eucarístico
en su lengua. En la trigésima segunda noche, después de haber consumido la
última Hostia, accidentalmente hizo un ruido que despertó al guardia. Este
corrió detrás de ella, la agarró, y la golpeó hasta matarla con la culata de su
rifle.Este acto de martirio heroico fue presenciado por el sacerdote mientras,
sumamente abatido, miraba desde la ventana de su cuarto convertido en celda.
Cuando el Obispo
Sheen escuchó el relato, se inspiró a tal grado que prometió a Dios que haría
una hora santa de oración frente a Jesús Sacramentado todos los días, por el
resto de su vida. Si aquella pequeñita pudo dar testimonio con su vida de la
real y hermosa Presencia de su Salvador en el Santísimo Sacramento, entonces el
obispo se veía obligado a lo mismo. Su único deseo desde entonces sería, atraer
el mundo al Corazón Ardiente de Jesús en el Santísimo Sacramento.
La pequeña le enseñó
al Obispo el verdadero valor y celo que se debe tener por la Eucaristía; como
la fe puede sobreponerse a todo miedo y como el verdadero amor a Jesús en la
Eucaristía debe trascender a la vida misma.Lo que se esconde en la Hostia
Sagrada es la gloria de Su amor. Todo lo creado es un reflejo de la realidad
suprema que es Jesucristo. El sol en el cielo es tan solo un símbolo del hijo
de Dios en el Santísimo Sacramento. Por eso es que muchas custodias imitan los
rayos de sol. Como el sol es la fuente natural de toda energía, el Santísimo
Sacramento es la fuente sobrenatural de toda gracia y amor.
Es manifestación del amor más sublime que existe. Solo
Nuestro Señor, nos ama de esta forma. El Señor nos sigue dando Su Sangre y Su
Cuerpo todos los días en la Eucaristía para sanarnos, liberarnos y
sustentarnos, como Él mismo dijo: 'El que come mi carne y bebe mi sangre
tiene la vida eterna y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es
verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida'. (Juan 6,54-56).
JESUS es el Santísimo Sacramento, la Luz del mundo.
Fuentes: .corazones.org
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