Siento
que si el Señor no ayuda en este trabajo de ayudar al pueblo de Dios a seguir
adelante, uno no puede... Realmente me siento con muchas limitaciones, con
tantos problemas, incluso pecador --¡ustedes lo saben!--, y tengo que pedir
esto.
Patricia Zorzan: Hablando
en nombre de los brasileños. Usted no ha hablado sobre el aborto, el matrimonio
entre personas del mismo sexo. En Brasil han aprobado una ley que amplía el
derecho al aborto y ha permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo.
¿Por qué no ha hablado sobre esto?
Papa Francisco: La
Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso. No era necesario volver
sobre eso, como tampoco hablé sobre la estafa o la mentira, o otras cosas, en
las cuales la iglesia tiene una doctrina clara.
Patricia Zorzan: Pero es
un asunto que interesa a los jóvenes…¿Cuál es la postura de su Santidad, puede
hablarnos?
Papa Francisco: Si, pero
no era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que abren camino a
los chicos, ¿no es cierto? Además los jóvenes saben perfectamente cuál es la
postura de la Iglesia. La de la Iglesia... Soy hijo de la Iglesia.
Jean-Marie Guénois: Usted ha
dicho que la Iglesia sin la mujer pierde la fecundidad. ¿Qué medidas concretas
va a tomar? Por ejemplo, el diaconado femenino o una mujer al frente de un
dicasterio? Y una pequeñísima pregunta técnica: Usted dijo que estaba cansado.
¿Tiene facilidades especiales para el retorno? Gracias, Santidad.
Papa Francisco: Vamos a
empezar desde lo último. Este avión no cuenta con un equipamiento especial. Yo
estoy adelante, un hermoso sillón, común, pero común, como el que todos tienen.
He pedido que se escriba una carta y una llamada telefónica para decir que no
quería una adecuación especial en el avión: ¿está claro?
Segundo, la mujer. Una iglesia sin las mujeres es como el Colegio
Apostólico sin María. El papel de la mujer en la Iglesia no es solo la
maternidad, la madre de familia, sino que es más fuerte: es como el icono de la
Virgen, Nuestra Señora; ¡aquella que ayuda a crecer a la Iglesia! ¡Piensen que
Nuestra Señora es más importante que los Apóstoles! ¡Es más importante! La
Iglesia es femenina: es Iglesia, es esposa, es madre. Pero la mujer, en la
Iglesia, no solo tiene que... no sé cómo decirlo en italiano..., el papel de la
mujer en la Iglesia no solo debe terminar como una madre, como trabajadora,
limitada... ¡No! ¡Es otra cosa! Ya los papas… Pablo VI escribió algo hermoso
sobre las mujeres, pero creo que debemos seguir adelante en la explicitación de
este rol y carisma de la mujer. No se puede entender una Iglesia sin las
mujeres, pero mujeres que estén activas en la Iglesia, con sus perfiles, que
llevan adelante.
Creo que no hemos hecho todavía una profunda teología de la mujer,
en la Iglesia. Solo que puede hacer esto, que puede hacer aquello, ahora hace
de monaguillo, ahora lee la lectura, es la presidenta de Cáritas... Pero, ¡hay
más! Se debe hacer una profunda teología de la mujer. Esto es lo que pienso.
Anna Ferreira: Quisiera
saber por qué ayer le habló a los obispos brasileños sobre la participación de
las mujeres en nuestra Iglesia. Me gustaría entender mejor: ¿cómo debe ser esta
participación de nosotras las mujeres en la Iglesia? Y Usted,¿qué piensa de la
ordenación de mujeres? ¿Cuál debe ser nuestra posición en la Iglesia?
Papa Francisco: Me
gustaría explicar un poco de lo que he dicho sobre la participación de la mujer
en la Iglesia: no se puede limitarse al hecho de que haga de monaguillo o la
presidenta de Cáritas, la catequista... ¡No! Tiene que haber más, más
profundamente, incluso más a nivel místico, con esto que he dicho de la
teología de la mujer. Y, en relación con la ordenación de mujeres, la Iglesia
ha hablado y dice: "No". Lo ha dicho Juan Pablo II, y con una
declaración definitiva. Aquella está cerrada, aquella puerta, pero sobre esto quiero
decirte algo. Ya lo he dicho, pero lo repito. Nuestra Señora, María, era más
importante que los apóstoles, que los obispos, los diáconos y presbíteros. La
mujer, en la Iglesia, es más importante que los obispos y los presbíteros;
cómo, es lo que debemos tratar de explicar mejor, porque creo que falta una
explicación teológica de esto. Gracias.
Gian Guido Vecchi: Santo
Padre, Usted también en este viaje ha hablado en varias ocasiones de la
misericordia. A propósito del acceso a los sacramentos de los divorciados y
vueltos a casar, ¿hay la posibilidad de que algo cambie en la disciplina de la
Iglesia? Que estos sacramentos sean una oportunidad para acercar a estas
personas, en lugar de una barrera que los separa de los otros creyentes?
Papa Francisco: Este es
un tema que se pregunta siempre. La misericordia es mayor que en aquel caso que
usted se plantea. Creo que este es el tiempo de la misericordia. Este cambio de
época, también con muchos problemas de la Iglesia --como un mal testimonio de
algunos presbíteros, incluso los problemas de corrupción en la Iglesia, también
el problema del clericalismo, por ejemplo--, han dejado muchos heridos, muchos
heridos. Y la Iglesia es Madre: debe ir a curar a los heridos, con
misericordia. Pero si el Señor no se cansa de perdonar, no tenemos otra opción
que esto: en primer lugar, atender a los heridos. Es madre, la Iglesia, y debe
ir por este camino de la misericordia. Y encontrar una misericordia para todos.
Pero creo que, cuando el hijo pródigo ha vuelto a casa, el padre no le dijo: "Pero,
tú, escucha, siéntate: ¿qué hiciste con el dinero?". ¡No! ¡Hizo fiesta!
Luego, tal vez, cuando el hijo ha querido hablar, ha hablado. La Iglesia tiene
que hacerlo así. Cuando hay alguien... no solo esperarlo: ¡hay que ir a
buscarlo! Esta es la misericordia. Y creo que este es un kairós: este tiempo es un kairós de misericordia.
Pero esta primera intuición la tenía Juan Pablo II, cuando comenzó con Faustina
Kowalska, la Divina Misericordia... tenía algo, se dio cuenta de que era una
necesidad de este tiempo.
En relación con el problema de la Comunión a personas en segunda
unión, porque los divorciados pueden ir a la comunión, no hay problema, pero
cuando viven una segunda unión, no pueden. Creo que es necesario tener en
cuenta esto en la totalidad de la pastoral del matrimonio. Y por eso hay un
problema. Pero también --un paréntesis--, los ortodoxos tienen una práctica
diferente. Siguen la teología de la economía,
como lo llaman, y dan una segunda oportunidad, lo permiten. Pero creo que este
problema --cierro el paréntesis--, debe ser estudiado en el marco de la
pastoral del matrimonio. Y para esto, dos cosas: en primer lugar, uno de los
temas a consultar con estos ocho del Consejo de Cardenales, con los que nos
reuniremos el 1, 2 y 3 de octubre, es la forma de avanzar en el cuidado
pastoral del matrimonio, y este problema saldrá allí. Y una segunda cosa: ha
estado conmigo hace dos semanas, el Secretario del Sínodo de los Obispos, por
el tema del próximo Sínodo. Era un tema antropológico, pero hablando y hablando,
yendo y viniendo, vimos este tema antropológico: la fe, cómo ayuda a la
planificación de la persona, pero en la familia y, seguir por lo tanto, sobre
la pastoral matrimonial.
Estamos en camino hacia un cuidado pastoral del matrimonio un poco
más profunda. Y esto es un problema para todos, porque hay muchos, ¿verdad? Por
ejemplo, les digo solo uno: el cardenal Quarracino, mi predecesor, decía que
para él la mitad de todos los matrimonios son nulos. Pero lo decía así, ¿por
qué? Porque se casan sin madurez, se casan sin darse cuenta de que es de por
vida, o se casan porque socialmente deben casarse. Y en esto entra también la
pastoral del matrimonio. Y también el problema judicial de la nulidad de los
matrimonios, aquello debe ser revisado, ya que los tribunales eclesiásticos no
son suficientes para esto. Es complejo el problema de la pastoral matrimonial.
Gracias.