En su homilía en
casa Santa Marta, el Papa habló del peligro de convertirse en esclavo de las
riquezas. Explicó que el afán de poseer corrompe el corazón del
hombre.
PAPA FRANCISCO
"Al final estas riquezas no dan la
seguridad para siempre. Es más, perjudican la dignidad. Y esto en la familia,
¡tantas familias divididas! También en la raíz de las guerras está esta
ambición, que destruye, corrompe. En este mundo hay tantas guerras por sed de
poder, de riquezas. Podemos pensar en la guerra en nuestro corazón. "¡Manteneos
lejos de toda concupiscencia!”, dice el Señor. Porque la codicia continúa,
continúa… Es el primer paso, abre la puerta, y después viene la vanidad,
creerse importantes, creerse poderosos... y, al final, el orgullo. Y de ahí
todos los vicios, todos”.
Por último añadió que, cuando una
persona tiene riquezas debe usarlas para el bien común y no para el propio beneficio.
RESUMEN DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
"Hay una cosa que es verdadera,
cuando el Señor bendice a una persona con las riquezas: lo hace administrador
de aquellas riquezas para el bien común y para el bien de todos, no para el
propio bien. Y no es fácil convertirse en un administrador honrado, porque
existe siempre la tentación de la avidez, de ser importante. El mundo te enseña
esto y nos lleva por este camino. Pensar en los demás, pensar que lo que yo
tengo está al servicio de los demás y que nada de lo que tengo me lo podré
llevar conmigo. Pero si yo uso lo que el Señor me ha dado para el bien común,
como administrador, esto me santifica, me hará santo”.
"Nosotros oímos con frecuencia las
"tantas excusas” de las personas que pasan la vida acumulando
riquezas."Por nuestra parte todos los días debemos preguntarnos: ‘¿Dónde
está tu tesoro? ¿En las riquezas o en esta administración, en este servicio
para el bien común?”.
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