Francisco se reunió con los obispos de Puerto Rico de visita ad limina en Roma.
El Papa les propuso reunirse mientras comían y, de nuevo, hizo gala de su
buen humor.
"No es usual que tengamos la
reunión comiendo. Es la primera que se hace. No había lugar donde meterlos.
Entonces, tomemos el almuerzo y será más relajada y un poco de vino les va a
soltar la lengua y me van a decir la verdad”.
Francisco les entregó un discurso en
el que les recuerda que la Iglesia "no está ligada a sistema
político alguno”. También les pidió que defiendan a las familiasante problemas como la difícil
situación económica, la emigración, la violencia doméstica o el narcotráfico.
Por último, les advirtió sobre los peligros de la ideología de género y
les invitó a trabajar en la promoción del matrimonio.
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