jueves, 13 de noviembre de 2014

Francisco explica las consecuencias de la pereza

En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa explicó cómo vencer la pereza. Dijo que los cristianos que se dejan llevar por ella acaban siendo soberbios y orgullosos.

FRANCISCO
"La pereza lleva a la comodidad: servicio a mitad. Y al adueñarnos de la situación, de siervo uno se convierte en patrón, que lleva a la soberbia, al orgullo, a tratar mal a la gente, a sentirse importantes "porque soy cristiano, tengo la salvación”, y otras cosas así”.

Francisco concluyó que un cristiano que no vive un "camino de servicio” es un "cristiano sin fuerza”.

EXTRACTO DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)

"Alguno de nosotros aconsejaría a este siervo que vaya a pedir algún consejo al sindicato, para ver cómo hacer con un patrón de este tipo. Pero Jesús dice: ‘No, El servicio es total’, porque Él ha hecho camino con esta actitud de servicio; Él es el siervo. Él se presenta como el siervo, aquel que ha venido a servir y no a ser servido: así lo dice, claramente. Y así, el Señor hace sentir a los apóstoles el camino de aquellos que han recibido la fe, aquella fe que hace milagros. Sí, esta fe hará milagros por el camino del servicio”.

"La pereza nos aleja del servicio y nos lleva a la comodidad, al egoísmo. Tantos cristianos así… son buenos, van a Misa, pero el servicio hasta acá… Y cuando digo servicio, digo todo: servicio a Dios en la adoración, en la oración, en las alabanzas; servicio al prójimo, cuando debo hacerlo; servicio hasta el final, porque Jesús en esto es fuerte: ‘Así también ustedes, cuando habrán hecho todo aquello que les ha sido ordenado, ahora digan somos siervos inútiles’. Servicio gratuito, sin pedir nada”.


"En la vida debemos luchar tanto contras las tentaciones que tratan de alejarnos de esta actitud de servicio. La pereza lleva a la comodidad: servicio a mitad; y al adueñarnos de la situación, y de siervo convertirse en patrón, que lleva a la soberbia, al orgullo, a tratar mal a la gente, a sentirse importantes ‘porque soy cristiano, tengo la salvación' y tantas cosas así. Que el Señor nos dé estas dos gracias grandes: la humildad en el servicio, a fin de que podamos decir: ‘Somos siervos inútiles – pero siervos – hasta el final; y la esperanza en espera de la manifestación, cuando el Señor venga a encontrarnos”. 

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