jueves, 20 de noviembre de 2014

Papa: el cristiano se ensucia las manos con los alejados


El verdadero cristiano no tiene miedo de ensuciarse las manos con los pecadores, de arriesgar también su fama, porque tiene el corazón de Dios que quiere que nadie se pierda: lo dijo el Papa Francisco en la misa matutina en la casa de Santa Marta, comentando las dos parábolas de la oveja perdida y de la moneda perdida.
Los fariseos y los escribas se escandalizaron porque Jesús “acoge a los pecadores y come con ellos. Era un verdadero escándalo en aquel tiempo, para esta gente”, observó el Papa.

“Es triste el pastor que abre la puerta de la Iglesia y se queda allí a esperar. Es triste el cristiano que no siente dentro, en su corazón, la necesidad de ir a contar a los demás que el Señor es bueno. El ...

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