“El carisma
no es para ser conservado como una botella de agua destilada, debe ser hecho
fructificar con coraje, comparándolo con la realidad presente, con las
culturas, con la historia, como nos han enseñado los grandes misioneros de
nuestras instituciones. Un signo claro que la vida religiosa está llamada a dar
hoy es la vida fraterna. Y por favor, que no haya entre ustedes el terrorismo
de las habladurías. Hoy la cultura dominante es individualista, centrada sobre
los derechos subjetivos. Es una cultura que corroe la sociedad a partir de su
célula primaria que es la familia”. Es la reflexión que el Papa ofreció a los
participantes de la Asamblea nacional de la Conferencia Italiana Superiores
Mayore
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