miércoles, 7 de enero de 2015

El avión del Papa, la moderna barca de Pedro

Igual que San Pedro hace 20 siglos viajaba en su barca, ahora los papas viajan en avión. El primero que se subió a uno fue Pablo VI. Lo utilizó en 1964 para volar a Tierra Santa.


Años después, Juan Pablo II convirtió el avión en una segunda casa a lo largo de sus 104 viajes internacionales. También Benedicto, que salió de Italia en 24 ocasiones, la primera a Colonia, Alemania; y la última, al Líbano.

A Francisco también le gusta visitar a la gente directamente en sus países. Y lo hace llevando personalmente su equipaje de mano.

El avión en el que viaja no es propiedad del Vaticano. Usa casi siempre un avión alquilado a Alitalia y regresa en otro de la compañía del país que visita.

Es un avión como los demás. Los únicos cambios son los asientos con los escudos papales, y el intenso ritmo de trabajo que se respira a bordo.

En el vuelo de ida el Papa se acerca para saludar a los reporteros y explicarles las claves del viaje. Un momento en el que no faltan las bromas.

De regreso, tiene lugar la rueda de prensa sobre el viaje y sobre otros temas de actualidad. Suelen durar entre 20 minutos y 1 hora, en función de las necesidades y del espacio del vuelo.

Tras la rueda de prensa, los periodistas elaboran el material. En algunos casos usan teléfonos satelitales para dictar su crónica o entrar en directo en radio y televisión.

Si queda tiempo, los pasajeros pueden disfrutar del cuidado menú que la aerolínea prepara para la ocasión, pueden leer un libro y la prensa o incluso ver una película a bordo.

Aunque lo más habitual es aprovechar el poco tiempo libre para recuperar fuerzas. Y es que, hay que estar listos para cuando salte la próxima noticia.

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