Detrás de cada estadística, detrás de cada iniciativa o ley
para luchar contra la trata de personas hay un rostro concreto, una víctima que
ha sufrido en carne propia esta forma de esclavitud moderna.
CLAUDIA
Víctima
"Tenía miedo y la mentalidad de "bueno, para eso
sirvo, para eso estoy aquí, para eso me enseñaron a trabajar aquí””.
Claudia tenía 12 años cuando se convirtió en víctima. Conoció
a un hombre que le prometió protección, una familia y amor. Vivía en la Ciudad
de México y decidió huir con él. El sueño duró tres meses hasta que se
transformó en la peor de las pesadillas. Su "novio” se convirtió en su
proxeneta. Formaba parte de una red que atrapaba a jóvenes y a niñas a las que
prometían un trabajo. Sin embargo, terminaban forzándolas a ejercer la
prostitución.
CLAUDIA
Víctima
"Me pusieron una pistola en la cabeza diciendo que iban
a matar primero a mi madre y luego a mis hermanos. Me dijeron que iba a ver
cómo mataban a mi familia si no hacía lo que decían. Entonces pasaron los días,
pasaron los meses, incluso los años”.
Claudia tiene ahora 22 años y comparte su historia para
ayudar a que otras personas superen esta pesadilla. Tuvo oportunidad de
contársela al Papa y también a otros líderes religiosos que colaboran en la
lucha contra la trata.
Claudia fue víctima de abusos durante cuatro años. Pudo
escapar de la red de prostitución con la ayuda de un cliente.
CLAUDIA
Víctima
"Había un cliente que me decía: "tú vales por lo
que eres, tú vales. No eres un objeto”.
Claudia ha rehecho su vida. Está casada y tiene dos hijos. Y
aunque no puede olvidar el infierno por el que pasó, no ha permitido que
quienes abusaron de ella sigan destrozando su vida.
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