viernes, 23 de enero de 2015

Francisco en Santa Marta: Jesús reza por nosotros a diario



En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa explicó que Jesús salva. Francisco recordó que Dios no se cansa de ayudar al ser humano.

FRANCISCO
"Muchas veces lo olvidamos y decimos: "Pero Jesús... Sí, acabó, subió al Cielo, nos envió al Espíritu Santo y fin de la historia”. No. Actualmente, en cada momento, Jesús intercede”.

El Papa dijo que donde está Jesús siempre hay esperanza y que sus llagas muestran el precio de la salvación.

HOMILÍA COMPLETA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)

"El pueblo siente esto y ve que en Jesús se cumplen las promesas, que en Jesús hay una esperanza. El pueblo estaba un poco aburrido por el modo de enseñar la fe, de los doctores de la ley de aquel tiempo, que cargaban sobre los hombros tantos mandamientos, tantos preceptos, y que no llegaban al corazón de la gente. Y cuando ve a Jesús y siente a Jesús, las propuestas de Jesús, las bienaventuranzas… siente dentro algo que se mueve – ¡es el Espíritu Santo que despierta eso! –  y el pueblo va a ver a Jesús”.

"Jamás podemos seguir a Dios con una intención pura desde el inicio, siempre nos reservamos algo para nosotros, un poco para nosotros, un poco para Dios… Y el camino es purificar esta intención. Y la gente va, sí, busca a Dios, pero también busca la salud, la curación. Y se acercaban a Él para tocarlo, para que saliera esa fuerza y los curara”.

"¡Jesús salva! Estas curaciones, estas palabras que llegan al corazón son el signo y el inicio de una salvación. El itinerario de la salvación de tantos que comienzan a ir para escuchar a Jesús o para pedir una curación y después vuelven a Él y sienten la salvación. Pero lo más importante de Jesús ¿es que cure? No, no es lo más importante. ¿Qué nos enseñe? No es lo más importante. ¡Qué nos salve! Él es el Salvador y nosotros somos salvados por Él. Y esto es lo más importante. Y ésta es la fuerza de nuestra fe”.


"Y ésta es una cosa actual. Jesús ante el Padre, ofrece su vida, la redención, hace ver al Padre las llagas, el precio de la salvación. Y todos los días, así, Jesús intercede. Y cuando nosotros, por una cosa o por otra, estamos un poco deprimidos, recordamos que es Él quien reza por nosotros, intercede por nosotros continuamente. Tantas veces olvidamos esto: ‘Pero Jesús… sí, ha terminado, se fue al Cielo, nos ha enviado al Espíritu Santo, fin de la historia’. ¡No! Actualmente, en cada momento, Jesús intercede. En esta oración: ‘Pero, Señor Jesús, ten piedad de mí’. Intercede por mí. Dirigirse al Señor, pidiendo esta intercesión”.

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