lunes, 30 de marzo de 2015

Papa: a un Dios humilde no nos acostumbraremos nunca





Es la semana de la “humildad”, aquella que para Jesús comienza con el fastuoso ingreso en Jerusalén; porque las palmas triunfalmente agitadas y los hosannas se apagan pronto, sofocados por el desprecio de los jefes y de la gente que ellos incitaban. Una semana hecha aún más dolorosa por el abandono de los suyos, por la traición de Judas, incluso por la negación de Pedro, la roca de los discípulos. Pero ésta - dijo el Papa en la homilía de la misa del Domingo de Ramos – “es el camino de Dios, el camino de la humildad” y “no hay humildad y sin humillación”. También hay un camino contrario, el del maligno, - aclaró el Papa – el de la mundanidad, que ofrece vanidad, orgullo, el éxito. Pero el “estilo de D ...

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