En América Latina Francisco reservó su discurso más ambicioso para
los más pobres, los Movimientos Populares.
Son cartoneros, campesinos, artesanos, recicladores, desahuciados o parados con
una característica en común: la de no contar para nada. Son víctimas de la
cultura del descarte.
FRANCISCO
"¿Qué puedo hacer yo, cartonero,
catadora, pepenador, recicladora frente a tantos problemas si apenas gano para
comer?”.
Francisco pronunció para ellos el discurso más largo y contundente de todo el viaje
a Latinoamérica. Un discurso de denuncia pero sobre todo, un discurso paratransmitir esperanza.
FRANCISCO
"Sufrimos cierto exceso de
diagnóstico que a veces nos lleva a un pesimismo charlatán o a regodearnos en
lo negativo. Al ver la crónica negra de cada día, creemos que no hay nada que
se puede hacer salvo cuidarse a uno mismo y al pequeño círculo de la familia y
los afectos”.
Y por eso el Papa comenzó por la
palabra "cambio”. Pidió cambiar un sistemaglobal que excluye por uno solidario cuyos protagonistas son los más pobres.
FRANCISCO
"Cambios nacionales, cambios
regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen! Ustedes, los más humildes, los
explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho”.
Denunció que el sistema actual no
sólo pone al dinero en el centro sino que genera riqueza a costa de empobrecer
a otros.
FRANCISCO
"La ambición desenfrenada de
dinero que gobierna. Ese es "el estiércol del diablo”. El servicio para el
bien común queda relegado. Se está castigando a la Tierra, a los pueblos y a
las personas de un modo casi salvaje”.
De ahí su denuncia de los colonialismos. Invasores que explotan a los pueblos
conquistados para lograr sus intereses. Dijo que no es cosa del pasado.
FRANCISCO
"El nuevo colonialismo adopta
diversas fachadas. A veces, es el poder anónimo del ídolo dinero:
corporaciones, prestamistas, algunos tratados denominados "de libre
comercio” y la imposición de medidas de "austeridad” que siempre ajustan
el cinturón de los trabajadores y los pobres”.
Uno de los momentos culminantes de su
discurso fue cuando habló sobre la conquista
de América Latina para pedir perdón.
FRANCISCO
"Pido humildemente perdón, no sólo
por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos
originarios durante la llamada conquista de América”.
Francisco cumplió con este encuentro
un doble objetivo muy claro: el de conseguir que por un momento el mundo fijase
sus ojos en quienes no cuentan y darles un mensaje de apoyo para que sigan
adelante con sus reivindicaciones. La Iglesia, señaló, no tiene "el
monopolio de la interpretación de la realidad” pero sí que debe acompañar y
ayudar a que la voz de estos movimientos formados por personas sin recursos sea
escuchada.
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